A inicios del siglo XX, el ingeniero Alberto Grieve decidió, por cuenta propia, fabricar el primer automóvil peruano, ya que los que traían de Europa solo eran aptos para circular en la urbe y no por las afueras de la ciudad, en donde no había caminos ni carreteras.
Con la ayuda de algunos operarios, inició el gran desafío. Todos y cada uno de los componentes mecánicos del innovador automóvil, se diseñaron y fabricaron en el taller de Grieve, con planos hechos él mismo: el motor, el chasis, la transmisión y el diferencial. Los únicos elementos que hubo que importar fueron las llantas Michelin (de Francia), el encendido Bosch (de Alemania), así como el carburador.
Nacido en Lima en 1877, Juan Alberto Grieve Becerra estudió Ingeniería de Minas en la Escuela Nacional de Ingenieros (actual Universidad Nacional de Ingeniería) y aunque se graduó con honores a los 20 años, su vocación lo llevó hacia la Mecánica y Electricidad.
Foto: Turbo
Grieve poseía el don de unir profundos conocimientos académicos con la habilidad manual del mejor obrero mecánico, a lo que se sumaba su gran facilidad para el dibujo, tanto mecánico y espacial como artístico. Es por ello, que cuando terminó sus estudios empezó a dedicarse a construir motores eléctricos monofásicos y trifásicos de su propia concepción.
Además, en la Municipalidad de Lima se desempeñó como ingeniero en las inspecciones de rodaje, alumbrado y de tranvías y fue miembro fundador de la Sociedad de Ingenieros del Perú.
Los autos que circulaban en aquel por el Perú, tenían entre seis y ocho caballos de fuerza, pues se pensaba que era suficiente para la ciudad. Pero, la falta de caminos y carreteras en las afueras de la capital dificultaba la circulación de estos vehículos.
Es por eso que Grieve consideró fabricar un auto con un motor de mayor potencia y de 4 cilindros que se adapte mejor al contexto de nuestro país. Así, para finales de 1908, el ingeniero culminó su primer automóvil, completamente diseñado y construido en Sudamérica.
Por su innovador diseño y acabado, este vehículo fue bautizado como “toda una joya de precisión mecánica” y fue comparada con los Renault o un Brasier, por entonces considerados los mejores coches de ese siglo. La máquina, en efecto, alcanzaba los 20 caballos de fuerza y las 1.800 revoluciones por minuto.
Pese a que los historiadores Jorge Basadre y Juan Luis Orrego difieren en el año de la llegada del primer automóvil en el Perú, ambos afirman que el vehículo pionero en tocar tierras peruanas fue un Gardner Serpollet. Este auto, de cinco caballos de fuerza, fue importado por el minero Arthur Wertheman para ser usado en las minas de la ciudad de Áncash.
,el primer automóvil en el Perú. Foto: Revista Nitro.