Tanto en Perú como en casi toda Sudamérica, la elaboración del pan está casi dominada por las técnicas que los franceses trajeron hace algunos siglos; sin embargo, no en todos los lugares del país se denomina pan francés a uno de los panes más consumidos, tal como ocurre en la ciudad de Lima. Pero ¿por qué se le llama así y qué tanto tiene que ver Francia en esto? Aquí te vamos a revelar toda la historia.
Perú, especialmente Lima, no es el único lugar donde este tipo de pan horneado, crocante y con una importante cantidad de levadura es de los más consumidos. Ciudades como Tacna, Monsefú y otras localidades en Chile, Bolivia, Argentina, Paraguay y Uruguay también tienen su propio ‘pan francés’, aunque con evidentes cambios y tamaños.
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Cada lugar tiene su propia relación con el pan elaborado en base a técnicas francesas que se popularizaron a raíz de la llegada de inmigrantes de dicho país. Durante la época de la colonia, la realización del pan en Perú y otros países conservaba todavía la herencia árabe que los españoles habían traído en el siglo XVI. Esta tradición implicaba panes sin levadura (o con poca), de lo cual provenía la tradicional forma aplastada.
La inmigración francesa en Perú ocurrió a inicios del siglo XVIII y también a inicios del siglo XIX. La mayoría provenía de Burdeos y de la zona de los pirineos que limitaba con el océano Atlántico.
Butifarra peruana, una sánguche que se prepara tradicionalmente con un pan francés. Foto: Cookpad
Según reveló en 2020 Daniel Punchi, chef coordinador de pastelería en el instituto Le Cordon Bleu, la historia del pan francés peruano —específicamente el que se consume en Lima— apareció tras la llegada de los inmigrantes de Francia a la capital en la época colonial.
“Los panes del Perú, hasta entonces, tenían influencia árabe y no llevaban levadura. Los franceses plasmaron sus conocimientos panaderos y utilizaron una masa madre para hacer sus panes. Esta consistía en una mezcla de levadura, harina de trigo, agua y un poco de azúcar”, reveló el especialista para el portal Cocktail.
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Sin embargo, según lo que revelan otros investigadores y estudiosos en el tema, todo parece indicar que el pan francés ha resultado ser todo un fenómeno espontáneo de muchas localidades, especialmente en América del Sur.
En países como México, Chile y hasta Argentina se le suele denominar ‘pan francés’ a un estilo de este alimento similar al baguette en preparación, cada con sus propios orígenes, no necesariamente claros.
La marraqueta también llegó al norte del Perú, en la ciudad de Monsefú. Foto: Twitter/@gentedechiclayo
Entre los mejores ejemplos —y quizá de los más cercanos al pan francés de Lima— se encuentran las marraquetas, un tipo de elaboración que tiene su propia leyenda en Chile.
Según el blog de Christian Riveros Arteaga, quien creció en la ciudad de Tacna, el pan francés de Lima guarda muchas características similares a la tradicional marraqueta tacneña.
Sin embargo, pese a que la marraqueta (tanto la de Tacna, Chile y Bolivia) se elabora con un proceso bastante similar, no se le puede atribuir una relación directa al pan francés necesariamente. Lo más probable es que todo deriven de una raíz en común que probablemente proviene de Europa.
La marraqueta chilena siendo preparada con su distintiva grieta transversal. Foto: Cocina chilena
A propósito de la marraqueta, tal como en el Perú, existen diversas teorías en Chile que indican cómo este producto pudo haber llegado a los ciudadanos peruanos durante la ocupación de Tacna a fines del siglo XIX. Respecto a esto, José Giglio Varas, reconocido historiador tacneño, reveló: “(los tacneños) no le debemos a Chile ninguna comida. Muchas familias tacneñas que escaparon de la guerra y retornaron a Tacna en 1929 pedían su picante a la tacneña con su pan marraqueta”.
La marraqueta tacneña es un acompañamiento típico para los platos de esa ciudad. Foto: cranenad0.blogspot.com
Asimismo, tal como revela el blog de Gianna Tasara Navarrete en su entrada sobre la butifarra, el pan francés está íntimamente relacionado a la historia de este sándwich típico del Perú. Incluso señala que en la comedia “El Sargento Canuto”, que se exhibía en el Teatro Manuel Ascencio Segura, ya se hacía mención de la butifarra.
Otros apuntes de antaño protagonizados por el pan francés son los tradicionales restaurantes El Cordano” (desde 1905), la Antigua Taberna Queirolo (1880) y el Carbone (1923).
Esto se debe a que el pan francés, al menos en sus inicios, fue un pan dirigido a las clases altas, y no fue hasta finales de la primera mitad del siglo XX cuando empieza a popularizarse en las panaderías más populares.
Bar Cordano, lugar tradicional donde se sirve hasta ahora butifarras con pan francés. Foto: Visita Lima
Según apunta el exdecano del Colegio de Nutricionistas del Perú (CNP), Antonio Castillo Carrera, comer pan no es dañino, por el contrario, en las cantidades adecuadas puede resultar muy nutritivo. “El consumo moderado forma parte de una alimentación saludable porque aporta la energía y los nutrientes que el cuerpo necesita para afrontar la rutina diaria”, comenta.
Independientemente de su tipo, el pan sí posee nutrientes en su composición. En primer lugar, cuenta con almidón, un hidrato de carbono complejo que brinda la energía necesaria al cuerpo para su funcionamiento. Además, las bajas cantidades de grasa del pan (1%) también suman como nutriente energético.