“Ni feminismo, ni machismo”, es unas de las frases que incorrectamente se repiten y que buscan comparar ambos “ismos”. No obstante, las palabras feminismo y machismo no pueden ser comparables entre sí. En este Día Internacional de la Mujer es importante reivindicar las luchas de las mujeres alrededor del mundo por sus derechos. Por ello, es crucial conocer el correcto significado de los términos. Revisa, a continuación, qué es el feminismo y el machismo.
Para Simone de Beauvoir ( 1908 -1986), que fue una de las figuras más influyentes y representativas del feminismo, y autora del libro “El segundo sexo” —donde reflexiona sobre la condición femenina en las sociedades occidentales y cuestiona el modo de vida de algunas sociedades con relación al patriarcado y la dominación masculina—, “el feminismo es una forma de vivir individualmente y de luchar colectivamente”. Asimismo, señaló que no existe una condición biológica en las mujeres que determinen sus capacidades, sino que todo es una construcción histórica que se ha dado a través del dominio del patriarcado. “Ser mujer no es un carácter natural, es el resultado de una historia, no hay un destino biológico que defina a la mujer como mujer, es una historia que la ha creado para empezar la historia de la civilización que ha tenido como resultado de su estatus actual”, afirmó De Beauvoir en una entrevista.
En esa línea, Victoria Sau, una de las figuras más representativas del feminismo de España, en su volumen I de su “Diccionario Ideológico Feminista” describe al feminismo como “un movimiento social y político que se inicia formalmente a finales del siglo XVIII –aunque sin adoptar todavía esta denominación- y que supone la toma de conciencia de las mujeres como grupo o colectivo humano, de la opresión, dominación, y explotación de que ha sido y son objeto por parte del colectivo de los varones en el seno del patriarcado bajo sus distintas fases históricas de modelo de producción, lo cual las mueve a la acción para la liberación de su sexo con todas las transformaciones de la sociedad que aquélla requiera”.
De igual forma, el feminismo según la Real Academia Española significa: “Principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre.” Asimismo, en la Enciclopedia Británica está definido como “la creencia en la plena igualdad social, económica y política de las mujeres”.
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En un inicio, el feminismo surgió como una respuesta a las normas occidentales que no le permitían a la mujer ejercer sus derechos de forma igualitaria a los hombres. Más adelante, en la década de los 60, con el inicio de la segunda ola feminista, la lucha se centró también en la discusión sobre los derechos sexuales y reproductivos, además de principios como la igualdad y la justicia.
Actualmente, el feminismo ha tenido varios cambios como la inclusión de la interseccionalidad, que aborda que las mujeres pueden ser oprimidas también por distintos factores, como la raza y la clase. En los últimos años, son muchas las actividades de la agenda feminista y los movimientos a nivel global que buscan reivindicar los derechos de las mujeres.
Según la RAE, el machismo es la “actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres”. De igual forma, la segunda definición es que es una “forma de sexismo caracterizada por la prevalencia del varón”.
Dicho esto, el machismo tiene una acepción negativa porque proclama la superioridad del hombre por sobre la mujer. En cambio, el feminismo lo que busca es la igualdad de las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad. Es por ello que ambos términos no son equiparables y no pueden ser asociados entre sí.
De igual forma, otro término que es importante definir es el hembrismo ya que muchas veces es confundido con las luchas feministas. El hembrismo es un neologismo que se utiliza para referirse a una actitud particular que aboga por la prevalencia de las mujeres por sobre los hombres. Asimismo, se emplea también como par lingüístico del machismo. Cabe señalar que este término no designa una realidad y no es comparable al movimiento feminista,—que busca la igualdad entre sexos— pero muchas veces es utilizado de forma incorrecta y peyorativa comparándolo con el feminismo para incitar el odio hacia las luchas de las mujeres y desmerecer el movimiento.