El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ordenó el domingo 27 de febrero a las fuerzas de disuasión nuclear de su país de estar en alerta máxima. Esto en medio de la guerra entre Rusia y Ucrania.
Esta noticia puso en alarma al mundo entero y miles de personas entraron en pánico, incluso la ONU y la OTAN se pronunciaron, ya que el uso de estas armas de destrucción masiva podría generar una letalidad sin precedentes en la historia. Te contamos a continuación todo sobre las bombas atómicas, como su alcance, consecuencias y cómo actuar frente a los ataques de su uso.
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Dos de las ciudades japonesas que sufrieron las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial. El 6 y 9 de agosto de 1945, Estados Unidos lanzó ambas bombas, conocidas como Little boy y Fat man.
La explosión de ambos dispositivos nucleares causó la muerte de 120.000 personas y de 130.000 heridos. Con el pasar de los meses y años, los sobrevivientes experimentaron cáncer, además de sufrir graves quemaduras.
Estos fatídicos hechos hicieron que el Imperio de Japón se rindiera, además de poner fin al conflicto y la prohibición a este país de fabricar, tener o introducir armamento nuclear.
Fotografía tomada en 1971, que muestra una explosión nuclear en el atolón de Mururoa. Foto: AFP
Desde el ataque ocurrido en Hiroshima y Nagasaki, las detonaciones de bombas nucleares se han realizado con fines de demostración. Estas pruebas se ejecutaron en los últimos años en India, Pakistán y Corea del Norte.
La mayor actividad se dio con la bomba nuclear de Corea del Norte en el año 2016, la cual generó efectos sísmicos en Rusia y China. Esta detonación se hizo de forma subterránea y la potencia fue entre 5 y 7 veces más que la de Hiroshima.
Foto de una bomba nuclear detonada por el Gobierno francés en el atolón de Mururoa, en la Polinesia Francesa. Foto referencial: Gobierno francés / El Confidencial
En la actualidad, una bomba nuclear puede ir instalada en un aparato portátil o ser disparada por un misil. El estallido de uno de estos dispositivos puede tener un radio de 20 kilómetros.
Si una bomba de 300 kilotones llegara a impactar en Madrid, haría que 450.000 personas fallezcan y que casi 800.000 queden heridas. Los sobrevivientes tendrían quemaduras y ceguera temporal o permanente.
Tara Drozdenko, directora de la Unión de Científicos Preocupados del Programa de Seguridad Global, indicó en una entrevista para el portal Bussines Insider que las armas nucleares estadounidenses cuentan con una explosión equivalente a unos 300 kilotones de trinitrotolueno (TNT), mientras que las rusas suelen oscilar entre 50-100 kilotones y 500-800 kilotones. Un kilotón es el equivalente a la energía equivalente liberada por la explosión de 1.000 toneladas de TNT.
“Las armas modernas son de 20 a 30 veces más potentes que las bombas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki. Si Estados Unidos y Rusia lanzaran todo lo que tienen, podría ser un acontecimiento que acabara con la civilización”, expresó Drozdenko.
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Según información de la página web del Gobierno de Estados Unidos, las personas expuestas a la radiación de una bomba nuclear podrían experimentar enfermedades como el cáncer. Otro de los problemas sería el aire contaminado, que es una consecuencia de las lluvias radioactivas. Por último, el pulso electromagnético haría que los equipos con energía dejen de funcionar, incluso a varios kilómetros de donde estalló el dispositivo.
El dispositivo nuclear más potente que ha sido registrado es la conocida como Bomba del zar. Fue fabricada por la Unión Soviética y detonado en 1961, en Nueva Zembla, un archipiélago ubicado en el océano Ártico.
La bomba del zar contaba con una longitud de 8 metros y un peso de 27 toneladas. Después de la demostración en Nueva Zembla, quedó demostrado que este aparato podría destruir ciudades como Nueva York o Tokio. Contaba con una potencia 3.800 veces mayor a la bomba de Hiroshima.
La Bomba del Zar se muestra en la exposición dedicada al 70 aniversario de la industria nuclear de Rusia en Moscú. Foto: AFP
Aunque es cierto que si alguien se encuentra en el perímetro cercano de la explosión no hay manera de salvarse, si existiera un aviso previo de la detonación, lo mejor es protegerse dentro de un edificio o en un sótano. Se debe tener la menor ropa posible y no tocarse los ojos nariz o boca.
En el refugio se recomienda encender aparatos de ventilación, consumir agua embotellada y alimentos enlatados y limpiar con frecuencia el cuerpo para eliminar posibles partículas radioactivas. Estas indicaciones pueden leerse en la web del Gobierno de Estados Unidos.
Las bombas atómica fueron usadas en combate durante la Segunda Guerra Mundial. Las termonucleares o de hidrógeno solo fueron probadas. Por ejemplo durante la Guerra Fría, como la Bomba del Zar que se lanzó el 30 de octubre de 1961 y es considerada la más devastadora.
Entre los misiles más potentes de Rusia se encuentra Satán 2 y Avangard. El primero de los dos es 2.000 veces más peligroso que la bomba de Hiroshima. Además, puede devastar un territorio del tamaño de Francia.
Por su parte, el Avangard es un cohete balístico que supera hasta 20 veces la velocidad del sonido y tiene la capacidad de evadir cualquier sistema de defensa en el mundo.
El Satan 2 fue creado por Rusia para sustituir al misil de la Unión Soviética de nombre Voyevoda (Satan 1). Foto: composición LR/Sputnik/mapamundiparaimprimir/AFP
En marzo de 2018, Vladímir Putin presentó el misil Avangard durante un discurso oficial sobre la situación de la nación. El presidente ruso aseguró que son “misiles invencibles” y destacó que podían superar 20 veces la velocidad del sonido. También detalló que esta arma tiene el potencial de evadir los sistemas de defensa antiaéreos y posee una temperatura en su superficie que oscila entre 1.600 y -2.000 grados centígrados.
“No creo que ningún país tenga un arma así en los próximos años. Nosotros ya la tenemos”, refirió Putin en aquel momento. Ese mismo año, se realizaron las primeras pruebas. El misil recorrió unos 6.000 kilómetros desde la base militar de Dombarovski, ubicada en la cordillera de los Urales, hasta el polígono de tiro de Kura, en la península de Kamchatka, en el Extremo Oriente ruso.
El misil hipersónico Avangard se comenzó a diseñar en 2003. Foto: composición captura / EFE
Los misiles hipersónicos son aquellos que pueden volar a una velocidad al menos cinco veces superior al sonido. Si tomamos en cuenta que en la atmosfera y a una temperatura de 20°C, el sonido viaja a 1.235 kilómetros por hora, entonces para que un misil se considere hipersónico debe volar a más de 6.125 kilómetros por hora.
Además, a diferencia del misil balístico, que toma una trayectoria alta en arco, el hipersónico viaja a una altura baja en la atmosfera, alcanzando el objetivo en menor tiempo. Asimismo, se puede maniobrar como si fuera el más lento misil de crucero, lo que hace que sea más difícil de rastrear e interceptar.
Rusia prueba este tipo de misiles desde buques rusos. Foto: Ministerio de Defensa de Rusia
Bomba nuclear y atómica: ¿cuáles son sus diferencias, su potencia y cómo funcionan?