Las bombas de racimo están prohibidas por tratados internacionales, y su uso en ciertos casos se considera un crimen de guerra. Esto se debe, entre otras razones, a que contienen varias decenas de pequeñas bombas que se dispersan en un amplio perímetro y algunas de ellas no explotan en el momento del lanzamiento, lo que puede comportar que se conviertan en minas antipersona. Conoce, a continuación, todo sobre estas peligrosas armas
En el marco de la guerra entre Rusia y Ucrania, organizaciones como Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional han denunciado el empleo de estas bombas por parte de las tropas rusas, aunque el país liderado por Vladimir Putin ha negado su uso. En tiempos recientes, otros países las han utilizado para distintos conflictos.
Las bombas de racimo, también conocidas como municiones de racimo o bombas clúster, son un tipo de armamento conformado por un proyectil hueco que en su interior contiene cientos de submuniciones o bombas pequeñas, y que puede ser disparado por aviones, artillería y misiles, según explica el Comité Internacional de la Cruz Roja.
Luego de su lanzamiento, el proyectil se abre y suelta las submuniciones, que se dispersan en un área amplia para destruir varios blancos a la vez. Por lo tanto, todas las personas que se encuentren en su radio de acción corren riesgo de ser asesinadas o heridas.
Funcionamiento de las bombas de racimo. Foto: Greenpeace
Además, según la Cruz Roja, estos pequeños explosivos tienen una tasa elevada de fallo para estallar, la cual llega al 40% en conflictos recientes. Esto significa que algunos de ellos pueden enterrarse en el suelo y permanecen sin detonar incluso después de un conflicto, lo cual dificulta el despeje del terreno y el regreso a la vida normal por su potencial de matar o herir personas.
En realidad, el uso de bombas de racimo constituye una violación de las leyes internacionales cuando es empleado de forma indiscriminada contra civiles. El hecho de que constituya o no un crimen de guerra dependerá de si el blanco era legítimo y si se tomaron precauciones para evitar bajas civiles, según refiere la agencia AP.
De todos modos, el uso de estas armas está prohibido por la Convención sobre Municiones en Racimo de 2008, que cuenta con el compromiso de 110 países, entre los cuales no se encuentran Rusia, Ucrania ni Estados Unidos.
La ONU menciona que las municiones de racimo que no estallaron pueden impedir el desarrollo social y económico de un lugar, además de dificultar el cultivo de las tierras. Muchas personas pueden morir por las bombas que no estallaron a tiempo y los supervivientes pueden enfrentar discapacidades, discriminación, estigma y dificultades para ganarse la vida.
Las bombas de racimo pueden quedar sin explotar y convertirse en un peligro para la población. Foto: AFP
Durante la guerra civil de Siria, las fuerzas del gobierno emplearon bombas de racimo contra bastiones de la oposición, y en el proceso destruyeron objetivos civiles e infraestructura. Israel es otro país que empleó este armamento en acciones como la invasión al sur de Líbano de 1982 o en la guerra contra Hezbollah de 2006.
El viernes 25 de febrero de 2022, Human Rights Watch denunció que tropas rusas atacaron con bombas racimo un hospital en la localidad de Vuhledar, ubicada en la zona independentista de Donetsk. El atentado dejó 4 civiles muertos y 10 heridos.
Por su parte, Amnistía Internacional advirtió que en esa misma fecha, las fuerzas rusas bombardearon un centro preescolar de la ciudad de Okhtyrka con bombas de racimo, lo cual dejó tres personas muertas, entre ellas un menor de edad.
“Simple y llanamente, esto debería ser investigado como un crimen de guerra. (...) Toda persona que cometa crímenes de guerra debe hacérsele rendir cuentas individualmente ante la Corte Penal Internacional (CPI) u otro proceso de justicia penal internacional en el ámbito nacional o internacional”, indicó Agnès Callamard, secretaria general de AI.
“Hemos visto el uso de bombas de racimo y tenemos informes sobre el uso de otro tipo de armas que violarían las leyes internacionales”, declaró el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, luego de la reunión sostenida con ministros de Exteriores de los aliados este viernes 4 de marzo.
Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN. Foto: EFE
La denuncia del empleo de estas armas y de otras prohibidas por las leyes internacionales será uno de los elementos que planean presentar ante el Tribunal de La Haya, de acuerdo con el funcionario.
“También es bienvenida la decisión de la Corte Penal Internacional de abrir una investigación porque estamos seguros de que el presidente Putin y el presidente de Bielorrusia tienen que pagar por eso. Esto es brutal, esto es inhumano y es violar la ley internacional”, manifestó, citado por el diario El País.