México es uno de los países de la región latinoamericana donde se perciben movimientos telúricos de manera constante. Debido a su ubicación dentro del Anillo de Fuego del Pacífico, una de las zonas con mayor actividad tectónica alrededor del mundo, se puede conocer varios eventos sísmicos en su territorio.
Según el Servicio Sismológico Nacional, cuando ocurre un sismo la información preliminar disponible durante los primeros minutos siguientes al evento se obtiene mediante un grupo pequeño de estaciones de la red de observatorios sismológicos que se encuentran distribuidos en todo el territorio nacional. Por ello, la magnitud preliminar se basa en el cálculo de un número reducido de datos.
Los mexicanos están acostumbrados a este tipo de acontecimientos, pues el país se ubica en una zona de alta sismicidad. Cabe mencionar la gran afectación de los sismos de 1985 y 2017, que causaron grandes estragos a lo largo y ancho del territorio de México. Sin embargo, existen registros de movimientos aún más destructivos en la historia de la nación.
Ante un sismo de gran magnitud, los especialistas en prevención sugieren preparar la mochila de emergencia con los siguientes objetos: artículos de higiene: toallas de mano y de baño; cepillo, pasta dental y jabón de tocador, botiquín de primeros auxilios: vendas, gasa, alcohol, pastillas, agua oxigenada, aseptil rojo, pastillas de tratamiento para algún integrante de la familia.
El 28 de marzo de 1787, un Oaxaca colonial se vio devastado por el que ha sido el terremoto más fuerte registrado en lo que hoy es México hasta ahora. Con una magnitud de 8.6, fue seguido de un tsunami que se adentró 6 kilómetros más allá de la costa.
Para calcular esta energía y determinar la magnitud de un temblor se realizan cálculos matemáticos basados en los registros obtenidos por los sismógrafos de diferentes estaciones. Se mide la amplitud máxima de las ondas y la distancia a la que se encuentra la estación del epicentro, son introducidos a una fórmula, y así se obtiene la magnitud", según reporta el Servicio Sismológico Nacional.
"Cuando ocurre un sismo de magnitud considerable, las rocas que se encuentran cerca de la zona de ruptura están sujetas a un reacomodo. Durante este proceso se genera una serie de sismos en esta zona conocidos como Réplicas, las cuales son de menor magnitud y pueden ocurrir minutos, días y hasta años después del evento principal. El número de estas réplicas puede variar desde unos cuantos sismos hasta cientos de eventos", manifiesta el Servicio Sismológico Nacional de México.
Un sismo es un rompimiento repentino de las rocas en el interior de la Tierra. Esta liberación repentina de energía se propaga en forma de ondas que provocan el movimiento del terreno, según el Servicio Sismológico Nacional.
Al respecto, el Servicio Sismológico Nacional informa: "Hasta hoy, no existe una técnica que permita predecir los sismos. Ni los países como Estados Unidos y Japón, cuya tecnología es muy avanzada, han sido capaces de desarrollar una técnica predictiva de temblores. Dado que vivimos en un país con gran actividad sísmica, la única certeza que tenemos es que tiembla constantemente y que debemos estar preparados. Ante cualquier evento sísmico, lo único que nos puede ayudar es la prevención".
Según el Servicio Sismológico Nacional: "Tsunami son olas de varios metros de altura producidas por un sismo cuyo hipocentro tiene lugar bajo el océano. Estos sismos hacen que el suelo marino se desplace en forma vertical, lo que genera un desplazamiento violento del volumen de agua que se encuentra por encima de este".
Se distinguen tres zonas de acuerdo al tipo de suelo:
- Zona I, firme o de lomas: situada en las partes más altas de la cuenca del valle, está formada por suelos de alta resistencia y poco compresibles.
- Zona II o de transición: posee características intermedias entre la Zona I y III.
- Zona III o de Lago: ubicada en las regiones donde antiguamente se encontraban lagos (lago de Texcoco, Lago de Xochimilco). El tipo de suelo consiste en depósitos lacustres muy blandos y compresibles con altos contenidos de agua, lo que favorece la amplificación de las ondas sísmicas.
El portal oficial del Sismológico Nacional de México reporta que hasta el momento se han registrado 8.647 réplicas del sismo de M 7.7 ocurrido en Michoacán el 19 de septiembre.
México registra una intensa actividad sísmica por hallarse en el Cinturón de Fuego del Pacífico, que une a América con Asia y donde ocurren la mayoría de los terremotos en el mundo.
- Mantener la calma y seguir las recomendaciones de las autoridades.
- Si se encuentra en la zona de emergencia, deberá evacuar su vivienda, no sin antes apagar el suministro de luz, agua y gas.
- No utilizar el celular a menos que sea necesario, pues la red podría estar saturada.
- Se sugiere en la mayoría de los casos que encienda la radio y escuche las noticias.
Entre las recomendaciones por los especialistas se sugiere que antes, durante y luego de un temblor. Si es un sismo de gran magnitud, se debe mantener la calma y acudir de modo rápido a los lugares seguros. Asimismo, alistar una mochila de emergencia con las provisiones básicas en una zona estratégica de la casa para recogerla de manera rápida y fácil.
El Sistema de Alerta Sísmica (SAS) es una entidad que emite avisos en el Valle de México cuando una serie de estaciones de sensores ubicadas a lo largo de la costa de Guerrero confirman la ocurrencia de un sismo de gran magnitud en esta zona.
Según el Servicio Sismológico Nacional: "Tsunami son olas de varios metros de altura producidas por un sismo cuyo hipocentro tiene lugar bajo el océano. Estos sismos hacen que el suelo marino se desplace en forma vertical, lo que genera un desplazamiento violento del volumen de agua que se encuentra por encima de este".
México registra una intensa actividad sísmica por hallarse en el Cinturón de Fuego del Pacífico, que une a América con Asia y donde ocurren la mayoría de los terremotos en el mundo.
La actividad sísmica se debe al choque y rozamiento de las placas tectónicas que abarcan territorios como Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Colima, Jalisco, el sur de Veracruz, Tlaxcala, Morelos, Puebla, Nuevo León, Sonora, Baja California y el Estado de México.
El último temblor registrado en México ocurrió hoy, a las 4.45 p. m. al suroeste de La Mira, Michoacán. El movimiento sísmico tuvo una magnitud de 3.4 y ocurrió a una profundidad de 41 km.
Último temblor registrado en México. Foto: SSN
México registra una intensa actividad sísmica por hallarse en el Cinturón de Fuego del Pacífico, que une a América con Asia y donde ocurren la mayoría de los terremotos en el mundo.
Las tres regiones de México dan muestra de que las zonas sísmicas se encuentran dentro de las penisísmicas y asísmicas.
La actividad sísmica se debe al choque y rozamiento de las placas tectónicas que abarcan territorios como Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Colima, Jalisco, el sur de Veracruz, Tlaxcala, Morelos, Puebla, Nuevo León, Sonora, Baja California y el Estado de México.
Según el Servicio Sismológico Nacional, el Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (SASMEX) es “emite avisos en el Valle de México cuando una serie de estaciones sensores localizadas a lo largo de la costa de Guerrero confirman la ocurrencia de un sismo de gran magnitud en esta zona”.