El etólogo John Calhoun realizó uno de los experimentos más impactantes de la ciencia en 1968: el ‘Universo 25’. En un entorno ideal con recursos ilimitados para ratones, el crecimiento poblacional desató comportamientos destructivos. Lo que empezó como un estudio prometedor reveló un sombrío escenario para sociedades enfrentadas a la sobrepoblación, con inquietantes paralelismos para el futuro humano.
En su laboratorio, John Calhoun creó una "sociedad ideal" de ratones en un espacio de aproximadamente 6,5 metros cuadrados. Introdujo a ocho ratones, cuatro machos y cuatro hembras, en un ambiente con recursos ilimitados: agua, comida, túneles y nidos. Este entorno estaba diseñado para simular un crecimiento poblacional sin restricciones.
Los ratones comenzaron a reproducirse rápidamente, y en menos de un año, la población alcanzó los 620 individuos. Sin embargo, a pesar de las condiciones óptimas, Calhoun notó comportamientos extraños. Las hembras comenzaron a comerse a sus crías, surgieron peleas territoriales y el canibalismo se volvió común. La sociedad de los ratones empezó a fragmentarse en jerarquías, lo que indicaba un colapso inminente.
El experimento, que inicialmente parecía un éxito, se tornó en un desastre. En 1970, dos años después de su inicio, la población de ratones alcanzó los 2.200, pero a partir de ese momento, comenzó a disminuir drásticamente. Este descenso culminó en la extinción de la población de roedores en el entorno creado por Calhoun.
El etólogo extrapoló estos resultados a la humanidad, sugiriendo que un destino similar podría aguardarnos si la población continuaba creciendo sin control. Sin embargo, muchos científicos cuestionan esta comparación, argumentando que la complejidad de la sociedad humana y la existencia de recursos limitados hacen que la extrapolación no sea válida.
El psicólogo Luis Martínez-Casasola Hernández señala que “establecer una comparativa con seres humanos es complicado, pues la sociedad humana es sustancialmente más compleja y en ningún caso cuenta con recursos infinitos para hacer crecer la población indefinidamente”. Esta perspectiva invita a reflexionar sobre la necesidad de un enfoque más matizado al analizar el crecimiento poblacional y sus implicaciones.