Desde la proclamación de su independencia, en 1821, Perú ha experimentado importantes cambios territoriales que moldearon su geografía actual. Las pérdidas más recordadas son las provincias de Tarapacá y Arica, derivadas de la Guerra del Pacífico, pero no fueron las únicas. En menos de 20 años, el país cedió amplias extensiones de tierra a casi todos sus vecinos de Sudamérica.
¿Qué territorios perdió Perú luego de la guerra con Chile?
La Guerra del Pacífico (1879-1883) marcó uno de los episodios más dolorosos de la historia peruana. Tras la derrota en 1883, el Tratado de Ancón oficializó en su artículo 2 la cesión de Tarapacá a Chile. Además, Arica y Tacna quedaron bajo administración chilena por un periodo de diez años para que sus habitantes decidieran vía plebiscito a qué nación querían pertenecer, luego de ese tiempo. Aunque nunca se llevó a cabo el referéndum y solo Tacna regresó a formar parte del Perú en 1929, mediante el Tratado de Lima.
Esta guerra no solo significó la pérdida de importantes recursos como el salitre, muy demandado por las potencias mundiales de la época, sino también el debilitamiento económico y social del país. El final de la guerra solidificó las fronteras chileno-peruanas, dejó a Bolivia sin 120.000 kilómetros cuadrados de territorio y 400 kilómetros de costa, y marcó un precedente para futuros conflictos territoriales.
Más allá del conflicto con Chile, Perú enfrentó desafíos fronterizos con otras naciones sudamericanas. Uno de los casos más destacados está registrado en el Tratado Velarde Río Branco, firmado el 8 de septiembre de 1909 por el presidente Augusto B. Leguía, que resolvió las disputas territoriales entre Perú y Brasil, aunque favoreció al país portugués, al permitirle mantener la posesión de las cuencas de los ríos Yurúa, Púrus y Madeira.
Brasil: El Perú, por su parte, obtuvo la libre navegación en los ríos amazónicos. Según Jorge Basadre, en su libro Historia de la República del Perú (1822 - 1933), este acuerdo evitó un futuro conflicto bélico con el gigante de Sudamérica.
Bolivia: Aquel mismo año y bajo el mandato del mismo jefe de Estado peruano, se firmó el Tratado Polo Bustamante, que reconoció la soberanía peruana sobre 250.000 km² en la cuenca de los ríos Madre de Dios y Purús, pero aseguró a Bolivia la posesión sobre 91.726 km² de la región del Acre. Este pacto puso fin a las controversias fronterizas y fue considerado aceptable desde el punto de vista diplomático, a pesar de la oposición de algunos sectores nacionalistas peruanos, según señaló el historiador argentino Santiago N. Gasperini en su artículo “A 110 años de la rectificación de fronteras boliviana-peruana: Tratado Polo-Bustamante".
Colombia: En su segundo gobierno, conocido históricamente como ‘El Oncenio', Augusto B. Leguía’ firmó el Tratado Salomón Lozano en 1922, que resolvió una de las últimas controversias territoriales peruanas.
Este acuerdo llevó a la cesión peruana de los territorios entre los ríos Caquetá y Putumayo, creando una frontera artificial que permitió a Colombia acceder al río Amazonas, según el artículo “El tratado Salomón Lozano y la pérdida del triángulo de Sucumbios, una lección geopolítica”, del General de Brigada del Ejército Peruano, Juan Yepes del Castillo.
Mapa del Perú en la independencia y actual. Foto: Jaime Raúl Castro Contreras.
Al momento de su independencia, Perú se posicionaba como uno de los países más extensos de América del Sur. Su territorio abarcaba desde el océano Pacífico hasta vastas áreas amazónicas. Sin embargo, las disputas limítrofes con sus vecinos fueron inevitables. Un mapa elaborado por el economista estadounidense Henry Charles Carey y el geólogo Isaac Lea en 1822 ofrece una visión de cómo era el país tras su independencia. Otra imagen la plasmó el historiador peruano Gustavo Pons Muzzo.
Mapa del Perú de Henry Charles Carey e Isaac Lea (izquierda), mapa de Gustavo Pons Muzzo (derecha). Foto: composición LR / geografiainfinita.com / John James Beraún Chaca.