El Estadio Nacional de Perú fue el escenario de una de las peores tragedias en la historia del fútbol mundial el 24 de mayo de 1964. Durante ese fatídico día, más de 300 personas fallecieron en un incidente que dejó una huella profunda en el país. A pesar de la gran cantidad de muertes en el Estadio Nacional, los hechos exactos nunca se esclarecieron por completo, lo que ha generado múltiples versiones que continúan siendo objeto de debate hasta hoy.
La tragedia se originó durante un partido entre Perú y Argentina, cuando el árbitro anuló un gol del empate a favor de Perú, generando indignación entre los aficionados. Algunos hinchas ingresaron al campo, y la policía intervino soltando perros y arrojando bombas lacrimógenas a las tribunas.
La combinación de la violencia policial y las puertas cerradas provocó el caos, con una multitud atrapada y más de 300 muertos, la mayoría asfixiados o aplastados.
Represión en el Estadio Nacional desató tragedia mortal en 1964. Foto: difusión
La policía desempeñó un papel crucial, ya que utilizó una respuesta represiva ante el disturbio. Lanzaron bombas lacrimógenas directamente a las tribunas y cerraron las puertas de salida, lo que dejó atrapados a los aficionados.
Además, el ministro Languasco, que estaba en el estadio, supervisó la acción policial y huyó con el jefe de la Policía tras el inicio del caos. Este comportamiento fue señalado como parte de un posible plan represivo para ejemplificar a los manifestantes.
Según el juez Castañeda, existían indicios de que algunos cuerpos de las víctimas habían sido sustraídos y enterrados en secreto, probablemente en el Callao. A pesar de sus esfuerzos, no pudo obtener información oficial al respecto.
Esto contribuyó a que la tragedia permaneciera envuelta en misterio, ya que nunca se esclareció el número exacto de fallecidos, ni se pudo confirmar qué sucedió con todos los cuerpos atravesados por balas.
La represión policial dejó más de 300 muertos en el Estadio Nacional en 1964. Foto: difusión
Las investigaciones oficiales no identificaron responsables directos de la tragedia. Aunque el juez Castañeda presentó un informe detallando las posibles responsabilidades de varios oficiales y del ministro Languasco, las autoridades concluyeron que no había pruebas suficientes para proceder judicialmente.
Bombas lacrimógenas provocaron estampida fatal en el Estadio Nacional. Foto: difusión
Como consecuencia de la tragedia, se tomaron medidas para evitar que un evento similar ocurriera de nuevo. La capacidad del estadio fue reducida de 53,000 a 43,000 espectadores. Sin embargo, estas medidas no respondieron a las causas profundas de la tragedia, y muchos responsables nunca fueron oficialmente imputados ni investigados adecuadamente.