El hombre más alto de la historia estaba condenado a morir de una forma muy dolorosa: su cuerpo no paraba de crecer. A Robert Wadlow lo reconocieron con el Récord Guinness por su increíble tamaño, pero a cambio tuvo que atravesar una vida llena de problemas de salud. Y lo peor de todo era que nadie sabía qué hacer para ayudarlo. ¿Cuál fue su trágico final?
Robert Wadlow el hombre más alto de la historia
Nadie sospechaba algo raro en Robert Wadlow el día en el que llegó al mundo. Cuando nació, pesaba un total de 3,85 kg. Sus padres eran de tamaño normal, así que no debía de pasar nada extraño con él.
Sin embargo, Wadlow empezó a crecer de una manera descontrolada: a los 5 años de edad medía 1,63 cm y usaba ropa de adolescente. Cuando cumplió los 8, ya superaba el tamaño de su padre (1,80) y era capaz de cargarlo por las escaleras.
El ‘Gigante de Alton’ intentaba hacer actividades de un chico cualquiera, como ser boy scout. Sin embargo, no podía practicar deportes y debía tener cuidado con no golpearse la cabeza cada vez que entraba a un nuevo sitio.
Como era de esperarse, Wadlow también tuvo los pies y las manos más grandes de la historia. Tenía que utilizar una talla de zapatos diseñada especialmente para él.
El hombre salió del colegio con un don. Fue invitado a participar de un circo, donde la atracción era él. Todos lo miraban con curiosidad e intentaban tomarse fotos para el recuerdo, aunque la gran mayoría no llegara ni a su cintura.
Aun así, la altura le pasaba factura a Wadlow. Sufría de muchísimos problemas de salud a temprana edad. Caminaba encorvado, muchas veces con la ayuda de un bastón. Sus extremidades no podían resistir el peso de todo su cuerpo. Cada paso era una odisea para él y estaba obligado a usar férulas.
Robert Wadlow
Su falta de sensibilidad en los pies y las piernas fue lo que lo terminó condenando. Un día asistió a una feria en la que tuvo que estar de pie durante muchísimo tiempo.
Wadlow no se percató de que una de sus férulas le causó una ampolla en su pantorrilla. La herida se infectó y con el paso del tiempo empeoró. El ‘Gigante de Alton’ tuvo que ser internado de emergencia.
Los médicos hicieron lo que pudieron, pero el destino era inevitable: murió mientras dormía a la edad de 22 años.
Sus padres no querían que su hijo sea pieza de exhibición en museos, por lo que destruyeron todas sus pertenencias. Lo recuerdan hasta hoy en día como el ‘Gigante gentil’.
El hombre medía 2,72 cm de altura. Según los reportes médicos, Wadlow iba a continuar creciendo de forma desproporcionada.
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Tenía una hiperplasia de la glándula pituitaria. Por dicha razón, su cuerpo producía la hormona de crecimiento sin parar.
El problema era que los doctores no se atrevían a hacer algo para ayudarlo. En ese entonces, la medicina no era tan avanzada como hoy en día, por lo que nadie sabía qué hacer. Nunca siguió un tratamiento.
Los Récord Guinness reconocieron en el 2009 a Sultán Kösen como la persona viva más alta del mundo, gracias a sus 2.51 metros de altura. Aún así, el ciudadano turco no puede superar la talla de Wadlow.
Sultan Kosen es la personas viva más alta del mundo. Foto: Récord Guinness