Las tradiciones de la cultura islámica suelen ser ajenas y excéntricas para el mundo occidental. No obstante, existe una razón particular para cada uno de los rituales funerarios de los fieles seguidores del islam. ¿Conoces alguno de ellos?
Una vieja tradición musulmana en Afganistán señala que rociar con agua las tumbas de sus seres queridos sirve para mantener fresco su recuerdo y los absuelve de los pecados que hubieran podido cometer en vida.
Otra de las razones, mucho más comunes, es para poder limpiar la lápida y la base de la tumba, por la acumulación de tierra y polvo.
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La tradición funeraria de los musulmanes proviene de la religión islámica, basada en las enseñanzas del Corán y de la Sunna. Estas se diferencian abismalmente de la tradición católica, que es mucho más común en América Latina.
Así, en la tradición islámica, el difunto pasa por la ablución funeral, que consiste en el lavado del cadáver, como símbolo de pureza. Tras ello, se envuelve con túnicas, de tres a cinco veces. Cabe resaltar que, si es una mujer, su pelo quedará recogido con tres trenzas a su espalda.
Posteriormente, se untan aceites o perfumes en el cadáver. Así, al ser llevados a los cementerios, los fieles de la tradición islámica son enterrados sin ataúd y sin esperar las 24 horas luego de su muerte.
Lo más resaltante de esta tradición es que el cadáver se deposita directamente en la tierra, sobre su costado derecho y con la cara dirigida a la Meca. Tras este rito, se acostumbra volver a visitar al difunto el tercer, noveno y a los cuarenta días.
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