La problemática de género cada vez es más visibilizada e identificada como tal en distintos países. En España, donde se tiene mayores políticas entorno a este tema, se está hablando de la violencia vicaria, un tipo de violencia de género en la cuál la víctima no solo es la mujer, sino que también involucra a los hijos. Además, puede llegar a causar víctimas mortales si no se detecta y se toman medidas a tiempo. Conoce en la siguiente nota de qué se trata y cómo identificarla.
Es la violencia de género que se ejerce contra alguien a través de una persona interpuesta. La psicóloga clínica y forense española Sonia Vaccaro acuñó el término en 2012. Lo describió como “aquella violencia contra la mujer que ejerce el hombre violento utilizando como objetos a las hijas o hijos, para dañarla”.
Asimismo, Miguel Lorente, exdelegado del Gobierno para la Violencia de Género y profesor de Medicina Legal en la Universidad de Granada, señaló para El País que es importante ver este tipo de violencia como parte de la violencia de género, puesto que es el padre que busca dominar a la mujer mediante sus hijos.
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La violencia vicaria adopta diversas formas, físicas y psicológicas, y en un caso extremo, implica el asesinato. El experto señaló que este maltrato conlleva, por ejemplo, que el agresor amenace a los niños, que ejerza violencia física sobre ellos o que les ordene que le informen sobre lo que hace su madre. Es por ello que los menores también pueden sufrir miedo o ansiedad y pueden volverse más agresivos, por lo que es importante estar alerta a los cambio de humor de los menores y no minimizarlos.
Por otro lado, Lorente afirma que los divorcios y las separaciones conflictivas suponen un riesgo. “Los padres pueden presentar una actitud egoísta al entender a los hijos como una posesión, temen perderlos y pueden ejercer violencia vicaria”, señala el experto.
Marisa Soleto, directora de la Fundación Mujeres, señala que los menores que están expuestos a este tipo de violencia no solo son afectados en su desarrollo emocional, sino que en algunos casos su seguridad es puesta en riesgo. A ojos del agresor, los menores son un medio para alcanzar el fin.
De la misma forma, Miguel Lorente apunta que el maltratador usa a los niños como un arma para golpear a la madre, que sufre pánico y dolor, es por ello que para el experto, la violencia vicaria es una forma de “deshumanización” de los menores.
“No piensan que están matando a sus hijos, sino que están rompiendo el objeto que tenía dentro al niño que ya han perdido, especialmente en separaciones en las que consideran que el resto de su familia deja de ser de su propiedad”, señala el especialista.
Uno de los casos conocidos en España es el de Betriz Zimmermann, quién fue amenazada por Tomás Gimeno de no volver a ver a sus hijas en abril del 2021. Luego secuestró en Tenerife a sus dos hijas, Anna y Olivia, de 1 y 6 años, y en junio del 2021 fue hallado el cadáver de la mayor de ellas en el mar.
No es el único caso. “Me voy a cargar lo que más quieres”, fue lo que le dijo en el 2017 la expareja de Itziar Prats, quien le dijo que había quedado en entregarle a sus hijas, Nerea y Martina, de 6 y 2 años, cuando estaban aún en trámites de divorcio. Un año después asesinó a las dos menores en Castellón antes de suicidarse.
En España, más de 1,6 millones de niños viven en hogares donde su madre sufre violencia machista, según la última macroencuesta del Ministerio de Igualdad publicada en 2020. Por otro lado, el número de menores víctimas mortales, acumulado desde el 2013 hasta el momento, es de 44 personas. Si observamos este registro, vemos que en 21 de esos casos (prácticamente la mitad) se trataba de personas menores de 6 años.
Asimismo, el año pasado, el país europeo reportó siete menores de edad asesinados por violencia machista; en el 100% de los casos el presunto agresor era el padre biológico del menor. La madre también fue asesinada en tres de los crímenes.