En la provincia de Moho, donde la altitud se entrelaza con la riqueza cultural, el poeta huancaneño Fernando Chuquipiunta Machaca ha logrado crear una biblioteca con 3.000 ejemplares. La colección está compuesta principalmente por textos de literatura, ciencia e historia. La idea del escritor no es solo acoger libros para una comunidad ya lectora, sino difundir el ejercicio de la lectura a quienes no están acostumbrados al hábito. De esta manera, la comunidad del altiplano tiene acceso a una vía alternativa de educarse. Chuquipiunta ha apostado por este proyecto pensando esencialmente en los niños y adolescentes de las zonas rurales de la provincia.
La biblioteca está situada en el segundo piso de la Plaza de Armas de Moho, local que anteriormente fue la terminal terrestre de la provincia. El acceso a este espacio es sencillo. Está abierto de lunes a viernes, de 8:00 a.m. a 4:30 p.m. y los domingos, de 8:00 a.m. a 1:00 p.m. Como explica el poeta, la biblioteca de Moho invita a todos los curiosos a sumergirse en sus estantes repletos de historias, conocimientos y aventuras. El único requisito para ingresar es la presentación del DNI, haciendo de este espacio un recurso accesible para toda la comunidad.
Como gestor de este espacio cultural, Chuquipiunta compartió con La República su perspectiva sobre el poder transformador de la lectura: “Leer es transformarse. Leer es acceder a posibilidades que anteriormente no podíamos concebir. Podemos viajar a otros lugares a través de la lectura o, simplemente, tratar de comprendernos un poco más. La lectura nos permite acceder a un caudal informativo con el cual enfrentamos mejor los desafíos de la modernidad”.
No es solo un depósito de libros, sino la apuesta por la educación de un pueblo. Lamentablemente, el país aún no cuenta con la capacidad de garantizar educación a todos sus pobladores. Pero este tipo de proyectos da ciertas esperanzas de que el libro no se convierta en un objeto del pasado.
Las salas de lectura y las áreas de consulta y trabajo son escenarios propicios para la exploración intelectual, el aprendizaje, el incentivo de la curiosidad y el intercambio de ideas. Sin duda, noticias como esta deben hacerse notar. Quizás sería importante que pensemos como individuos en apostar por este tipo de proyecto. No son pocos los libros que terminan vendidos al peso o regalados a quienes no los necesitan. Un pueblo leído es siempre un pueblo con mayores herramientas y posibilidades. La creación de bibliotecas públicas es, sin duda, algo que deberíamos promover como sociedad.
Fernando Chuquipiunta Machaca es un poeta puneño, nacido el 15 de junio de 1987, en la provincia de Huancané. Cuenta que su interés por los libros nació durante su etapa escolar. Cuando cursaba la secundaria, su profesor Orlando Palli Chipana les hacía escribir un diario y declamar un poema. Fue gracias esto que sintió esa primera motivación y pasión por la poesía.
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En su juventud, dejó su carrera de lado porque se dio cuenta de que su verdadera pasión era la literatura. Sin embargo, retomaría después su carrera en Comunicación en el Instituto de Educación Superior Pedagógico Público de Huancané hasta graduarse.
El poeta nos cuenta que, desde muy niño, sentía un cariño muy especial por la naturaleza y la gente que se involucra en lo artístico. Inicialmente, anhelaba ser músico, pero es algo que nunca pudo realizar.
En cambio, desde muy joven sí logró desarrollar una carrera literaria. No obstante, la publicación de su primer libro le costó muchas críticas debido a faltas ortográficas. “Fue un gran aprendizaje”, explica hoy, “me impulsó a seguirme formando y reconocí la importancia de apoyar la educación”. Es en esa línea que se preocupó por llevar a cabo un proyecto como la biblioteca de Moho, con la que otros jóvenes podrían educarse.
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Su libro más conocido, La pipa sinfónica, trata sobre el recuerdo que tiene de su padre. En la actualidad, se encuentra trabajando en dos ensayos que publicará próximamente, Oficio de vidente: insurrección semántica; y El poeta José Luis Ayala y Huancho Lima, Nueva Capital de la República Peruana.
Chuquipiunta ha sido gestor de la colocación de 17 nomenclaturas viales de las calles nuevas en Huancané, con nombres de personajes históricos e ilustres. Además, es uno de los gestores de la Cripta a los Héroes Civiles de la Gesta de Huancho Lima (1923) en el cementerio de Huancané.
También gestionó el nombre oficial del año 2023 en la provincia de Huancané como el Año del Centenario de la Rebelión de Huancho Lima (1923 - 2023), que fue utilizado como membrete en documentos oficiales del ámbito público y el privado.