La magistrada que investiga la muerte de Pablo Neruda, Paola Plaza, dijo el miércoles que el informe pericial sobre el origen de la bacteria hallada en los restos del poeta es una prueba “importante”, pero no definitiva, y subrayó que no puede revelar sus conclusiones porque la causa está en fase de sumario.
En declaraciones a los periodistas, Plaza explicó que los documentos entregados este miércoles, que incluyen también un resumen ejecutivo e informes de cada uno de los peritos, son los “definitivos” y que se cancela la entrega final que estaba prevista para el 7 de marzo.
“Es una prueba importante, eso no se puede desconocer, pero es el análisis conjunto de las pruebas recogidas lo que conduce el tribunal a una resolución”, dijo en rueda de prensa.
La encargada de hacer la entrega del informe, realizado por especialistas de la Universidad de McMaster (Canadá) y la Universidad de Copenhague (Dinamarca), fue la coordinadora del panel de expertos, Gloria Ramírez, ante una gran expectación y sin hacer declaraciones a los medios.
“La investigación se encuentra en etapa de sumario y no es mucho lo que puedo adelantar. Ahora viene una fase de estudio y de revisión no solo de estos informes”, apuntó Plaza, quien afirmó que no existe un plazo por ley para que el tribunal dicte la resolución del caso.
La jueza apuntó, además, que “el tribunal no tenía conocimiento del contenido de los informe” hasta este miércoles y que no desvelará su contenido porque es “improcedente”.
El sobrino del poeta, Rodolfo Reyes, quien tuvo acceso a los documentos por ser querellante en la causa, filtró el lunes a EFE que los forenses concluyeron que el “clostridium botulinum” encontrado en los restos del escritor “estaba en su cuerpo en el momento de la muerte” y que el cadáver no se contaminó después cuando estaba enterrado.
Para la familia esto es una prueba irrefutable de que Neruda fue envenenado el 23 de septiembre de 1973 en la Clínica Santa María, en Santiago, doce días después del golpe de Estado que derrocó a su amigo y presidente Salvador Allende y un día antes de exiliarse en México, donde podría haberse convertido en el gran opositor al dictador Augusto Pinochet (1973-1990).
“Sabemos ahora que el ‘clostridium botulinum’ no tendría por qué haber estado en la osamenta de Neruda. ¿¿Qué quiere decir esto? Que Neruda fue asesinado”, dijo Reyes en su despacho.
La bacteria, responsable del botulismo, fue encontrada en 2017 en una muela de Neruda por otro panel de expertos, que desestimó la versión de la dictadura y rechazó que la causa de muerte fuera la “caquexia” (debilitamiento extremo) producida por el cáncer de próstata avanzado que lo aquejaba desde 1969.
La incógnita sigue siendo cómo o quién introdujo la toxina botulínica en el cuerpo del autor de “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”. Gran parte de la familia de Neruda apoya la versión de Manuel Araya, su antiguo chófer y quien defiende que fue envenenado mediante una inyección en el abdomen por un agente secreto del régimen que se hizo pasar por un médico.
Inyectable. Horas antes de su muerte, el poeta llamó a su chofer Manuel Araya: “Estando durmiendo adentro, el médico me puso una inyección en el estómago, vénganse rápido’”