Roxana Valdivieso asegura que, este libro de 41 ilustraciones, es solo el comienzo de su carrera como escritora infantil. La reconocida cantautora nos cuenta cómo nace esta idea que reconoce a la fauna andina más invisibilizada y cómo Sami, la pequeña vizcacha protagonista de esta aventura, le ha abierto un nuevo camino a su larga trayectoria.
¿Cómo nace la Roxana escritora y dibujante?
Empieza de una manera casual, porque empiezo a dibujar otras cosas, hacía mucho tiempo que no dibujaba. Hace tres años, una amiga me dijo: ‘¿Por qué no hacemos un trabajo juntas, un negocio? ¿Por qué no dibujas algunos caracoles, cosas de mar?’ Eso no es lo mío y la dejé colgada con el proyecto. Empecé a dibujar flores, animalitos y, luego, dije animales peruanos, pero no quería hacer de nuevo la vicuña, la llama, la alpaca, quería hacer algo distinto y me puse a investigar.
¿Cómo nace Sami?
Leyendo sobre el Altiplano y la Puna, tengo una conexión, no sé por qué, así empecé a dibujar a estos personajes, no solo los que aparecen en el libro y espero más adelante tengan la oportunidad de aparecer en las otras aventuras. El zorro andino es un animalito precioso y en el huevo, el suri, fue un descubrimiento asombroso, yo no sabía que existían estas avestruces sudamericanas, son endémicas del Altiplano, pero en el Perú quedan poquísimas. Leyendo todo esto, empezó a fabricarse en mi cabeza toda una historia.
Un día amanecí y fui a buscar a mi hijo y le dije: ‘Tengo esta idea de la vizcachita, que se encuentra con un huevo de su tamaño y se queda desconcertada’ y así empezó, ahí empecé a escribir el cuento.
Los niños son la audiencia más difícil que existe, ¿cómo fue el proceso creativo para conectar con ellos?
No tuve ninguna herramienta. Lo que salió fue brotando de mí, comencé a escribir, a dibujar y cada dibujo me llevaba al siguiente, por ahí me atascaba. Mateo, mi hijo, era mi productor, mi editor y me puso una fecha límite, esa presión creo que fue lo único que funcionó, la fecha límite de entrega a mi hijo para que él me aprobará, pero no me aprobó la primera vez y seguí gracias a eso.
Para conectar, ya sea cantando o escribiendo, lo importante es ser auténtico. Dejé que salga la ternura que siempre he sentido por los animales. Fui una niña frustrada porque quería tener un animalito, nunca pude tener un perro. Fue muy íntima mi relación con cada animalito que iba dibujando, una complicidad que no te sabría explicar.
¿Qué sigue?
Depende de la aceptación del público. Si el libro funciona y perdura y se puede hacer una segunda aventura, para mí va a ser lo máximo.
Además de Sami, ¿hay algún otro plan?, ¿un guion?, ¿una serie?
Otros cuentos. Cuando estaba en esta especie de racha creativa, porque de pronto estás desde las siete de la mañana hasta la una de la tarde y, por ahí, me salía un cuentito de otro personaje que nada que ver, algo más de ciudad. No me proyecto más allá porque me gusta dejarme sorprender por la vida y las circunstancias. Nunca planeé escribir un libro, fue algo que se dio.