Blanca Varela comenzó su amor por las letras en las aulas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), lugar a donde ingresó a mediadios de 1943 para llevar Letras y Educación.
Es ahí donde conoce a importantes eminencias de la academia peruana como Sebastián Salazar Bondy, Javier Sologuren, Jorge Eduardo Eielson, y a quién a la postre sería su compañero de toda la vida, el pintor Fernando de Szyszlo.
A partir del año 1947, colaboró con la revista Las Moradas dirigida por Emilio Adolfo Westphalen. Para 1949, en su visita París entabló un cercano diálogo con el literato Octavio Paz , quien sería el encargado en la Ciudad luz de vincularla a los círculos de intelectuales españoles y latinoamericanos radicados en Francia.
Luego se trasladaría a Florencia y Washington, ciudades donde ocupó su tiempo en realizar traducciones y trabajos periodísticos.
Para 1962 decide regresar a Lima para establecerse de manera definitiva, aunque no sin dejar de viajar eventualmente a Estados Unidos, España y Francia.
Blanca Varela, una mujer que nunca gustó de dar entrevistas, falleció en Lima el 12 de marzo del 2009 a los 82 años, recibiendo de manos del Instituto Nacional de Cultura la Medalla de Honor en reconocimiento a una larga trayectoria que la llevó a ser traducida en alemán, francés, inglés, italiano, portugués y ruso.