Por: Sandro Mairata
“Quiero que me ayudéis con vuestros megáfonos para que la gente vaya a ver ‘Mi amigo robot’ en todo el Cono Sur, o sea, Colombia, Perú, Argentina, Uruguay, que estrenan casi, yo creo, al mismo tiempo”. El comentario cándido viene de Pablo Berger (Bilbao, 1963), director de esta cinta animada que representa a España por Mejor Película de Animación en los Premios Oscar de este fin de semana. Compite palmo a palmo con otros títulos de peso como 'El niño y la garza' de Hayao Miyasake y 'Spider-Man: A través del Spider-Verso', pero Berger es optimista y, sobre todo, está orgulloso de lo logrado hasta el momento.
'Mi amigo robot' ha sido reconocida en varios certámenes y festivales del mundo. Es una producción formalmente franco-española. La historia adapta el cómic homónimo de Sara Varon para contarnos la historia de un perro llamado Dog ('perro' a secas en inglés), quien habita en un Manhattan de los años 80 (al parecer, 1982) habitado por animales antropomorfos y quien un día comprará un robot para que le haga compañía. Ocurrirá un evento que podría cambiar el destino de la amistad entre ambos, pero no hagamos spoiler.
Al otro lado de la videollamada se encuentra Berger, quien luego de tres largometrajes (dos de ellos con Maribel Verdú) dio el salto a la animación con 'Mi amigo robot', que en inglés se le conoce como 'Robot Dreams'.
— Lo primero que te quería preguntar es cómo te has sentido tú por la recepción de esta película, vienen cosechando varios premios.
— Bueno, la película se bautizó o arrancó, se estrenó en el Festival de Cannes en la Selección Oficial y eso fue como un muy buen augurio. Y desde entonces ha ido creciendo como una bola de nieve. Luego fuimos al Festival de Annecy, que es en el campo de la animación; ganamos un premio en Sitges, 'el Cannes' del cine fantástico, allí ganamos el Premio del Público. Ganamos Mejor Película en los Premios de Cine Europeo, en los Goya, en el Annie y ahora la nominación al Óscar. Más no se puede pedir. Esto ya no es el sueño del robot, es el sueño de Pablo, que su película tenga tanto reconocimiento. Pero no es una cuestión de ego, lo que se consigue es que la película llegue al mayor público, que se haga global, y ese es el mayor premio para mí como director, que a 'Mi amigo robot' la vea mucha gente en Perú y en todo el mundo.
— El estilo de animación es particular; es una cuestión medio fluida, medio que pareciera pintada a mano. ¿Qué técnicas usaron?
— La técnica de animación es old school, estos son dibujos animados a mano totalmente. Obviamente, ya no se dibuja sobre papel con lápiz, igual que tú tampoco escribes con papel y lápiz. Se utilizan tabletas y lápices ópticos. Pero ahí está la gran dificultad y el reto porque ahora hay muy pocos dibujantes, muy pocos animadores y dibujantes. Ahora la mayoría de la técnica que se utiliza es la tecnología 3D. Yo pienso que la animación 2D es mucho más amorosa, te abraza, es mucho más fácil de conectar.
— Aparte ha sido un año en que tenemos grandes películas de animación como 'El niño y la garza' y también 'Spider-man: A través del Spider-Verso'. ¿Cómo definirías lo que propones desde tu lado, desde España?
— Bueno, tú date cuenta que yo soy un director de imagen real. ¿Qué hago? Mi primera película de animación. Esta es mi cuarta película. La única razón de esta película es esta novela gráfica (muestra la novela gráfica original). Me enamoré de la historia y quería contar esta historia y si quería contar esta historia tenía que hacer la animación. Sin duda, lo que estamos ofreciendo es una gran historia. Como te he dicho antes, con grandes interpretaciones. Y algo muy novedoso, que la película no tiene diálogos. La película es un musical, también la película es una muñeca rusa de géneros, es una comedia, es un drama, es una película de acción y también es un musical, y eso yo creo que la hace atractiva. Es una película que no se parece a nada, a ninguna de las competidoras en los Óscar. Y yo creo que es ese el gran atractivo, nuestra baza. Y es una película en la que habla el corazón.
— ¿Cuál fue el principal desafío de traducir lo que estaba impreso en imagen en movimiento?
— Mira, te voy a decir el gran desafío para hacer esta película, bueno, han habido dos primero. Uno personal, que yo no conocía el medio de la animación. Así que tenía mucho miedo, pero un miedo que no me bloqueaba, sino que para mí era un aliciente, era un viaje a lo desconocido y a mí, como director —que cada película es muy diferente a la anterior—, me atraía. Pero el reto fue hacerla más que otra cosa. Esta película la iba a hacer el estudio de animación Cartoon Saloon de Irlanda, uno de los grandes estudios de animación. Y en el último momento, debido al COVID y a la pandemia, no pudimos hacerla con Cartoon Saloon y nos encontramos con la película financiada, con un tiempo para hacerla y sin estudio de animación. Entonces tuvimos que crear, especialmente para esta película, dos estudios de animación en España.
La historia trata de un perro en Manhattan que se compra un robot de compañía. Foto: difusión
— ¿Crearon dos estudios solo para este proyecto?
— Tuvimos que alquilar oficinas, comprar ordenadores, crear dos estudios, sí, crear un pipeline, encontrar animadores por toda Europa. Ese fue el reto entonces. Afortunadamente, tuvimos un gran equipo con grandes jefes de equipo. Uno fundamental fue el director de animación, quien vino de Bélgica a pasar dos años con nosotros a España para buscar animadores y crear el workflow de la película; y tuve una mano izquierda que es José Luis Ágreda, un director de arte con mucha experiencia. Entonces con dos grandes jefes de equipo y con un productor que ya había hecho tres películas mías conseguimos levantar la película. Ese fue el reto porque una vez que empezamos ya a trabajar, te aseguro que no fue tan diferente. Mi labor era liderar y tener una visión para contar la historia de la mejor manera posible.
— En especial porque tú pasabas de dirigir dos películas con Maribel Verdú, nada menos, y pasas al tema de animación. ¿Era una deuda pendiente contigo, tú estabas buscando un pretexto para animar? ¿Cómo ocurrió ese tránsito?
— No, para nada. Jamás había pensado hacer una película de animación. Leí la novela gráfica, me enamoré de ella. La historia me conmovió de tal manera que al llegar al final, me salieron lágrimas y me dije "si quiero contar esta historia, o hago la animación o no lo hago". Esa es la única razón, la historia. Yo soy un contador de historias. Yo, antes que director, soy guionista. Afortunadamente, tuve carta blanca por la autora para hacer el guion y, una vez que hice el guion, lo hice mío. Esa es la razón de hacer esta historia. De las primeras personas a las que les dije que no iba a hacer una película de imagen real fue a Maribel Verdú. Y dijo “quiero poner la voz”. Y le dije, “uy, no hay diálogo”. Entonces la pobre Maribel no ha tenido ningún papel, pero sí me ha apoyado muchísimo, en redes, en el estreno. Maribel es mi musa y una de mis grandes amigas, y me dice que le encanta 'Robot Dreams' o 'Mi amigo robot', como se le conoce en Perú.
— La película ha sido descrita como una tragicomedia animada.
—Total. Yo creo que, bueno, es difícil a veces definir las películas, ponerles etiquetas. Pero es una película donde el espectador se va a reír y va a llorar. Son dos emociones, posiblemente dos de las emociones más básicas. Sin duda, la tragicomedia es el género que mejor refleja la realidad, la dramedia. Y cuando yo estaba haciendo esta película, mi gran referente era Chaplin. Y una película en concreto, 'Luces de la ciudad', una película que recomiendo, si hay lectores que no la han visto, porque de alguna manera mezcla drama y comedia.
Yo creo que te ríes muchísimo con 'Luces de la ciudad' y si no lloras con el final, es que estás muerto. Entonces, con todo mi respeto y con toda mi admiración al maestro, yo soy solamente un aprendiz. Me gustaría que los espectadores de Perú que se acerquen a ver 'Mi amigo robot' rían y lloren, y mientras vean la película viajen en el tiempo al Nueva York de los 80, que también para mí es muy bonito que una película sirva como máquina del tiempo.
La animación se realizó a mano; se debieron crear dos estudios para terminar el proyecto. Foto: difusión
— ¿Cómo va a ser la siguiente vida de 'Mi amigo robot'? ¿Va a estar pronto en streaming?
— La película se financió en el mercado de Cannes, con preventas a diferentes distribuidores, no se hizo con la financiación de las plataformas. Entonces las plataformas van a venir después. Los espectadores que quieran ver la película tienen que ir al cine y dentro de unos meses. Como es lo normal cuando la ventana de cine haya terminado, ir a las plataformas.
Pero eso es lo bonito, en los tiempos que corremos de metaversos, de Zooms, de smartphones, de soledad digital, esta película hace un llamamiento para que la gente vaya al cine, para que llame a un amigo que no ha visto hace tiempo, para que el abuelo lleve a sus nietos al cine o para que un grupo de amigas vayan a verla. Entonces, lo que busca es conexión, abrazo y gran ceremonia del cine.