Luego de su recordado papel de Isabella Swan en la saga Crepúsculo, Kristen Stewart se ha convertido en una excelente actriz y ahora la primera mujer abiertamente lesbiana que logra su primera nominación en la categoría de Mejor Actriz en los premios Oscar por su interpretación de la Princesa Diana en la cinta Spencer, dirigida por Pablo Larraín.
Stewart se declaró lesbiana por primera vez en febrero de 2017, en el programa Saturday Night Live. La artista dedicó un monólogo al presidente de Estados Unidos después de que este hablara mal de ella en dos tuits en 2012 tras su ruptura con el actor Robert Pattinson. “Donald, si no te caía bien en el pasado, probablemente tampoco te caeré bien ahora porque, además de ser la invitada de Saturday Night Live, soy tan gay, tío”, dijo ganándose la ovación del público.
Sin embargo, su declaración no siempre ha sido ha sido bien recibida. La actriz, en un entrevista con la revista InStyle, revelo que le aconsejaron no salir con su novia de la mano en público y así podría trabajar en un película de Marvel. Ella ha sufrido de presiones y preocupaciones internas y es que, como ha contado, “siendo una persona queer, hay cosas que duelen constantemente” y por eso al principio se mostró “cuidadosa” con lo que dejaba ver de su vida.
La inclusión de actores y actrices de la comunidad LGTBIQ+ en el mundo cinematográfico nunca ha sido sencilla. En el caso de los Oscar, Sunday, Bloody Sunday (1971) marcó historia al ingresar temática LGTB a los premios, pues consiguió tres galardones (Mejor Actor, Mejor Actriz y Mejor Guión Adaptado) con la historia de un médico homosexual interpretado por Peter Finch.
A pesar de que hayan pasado más de 50 años del ingreso de las diversidades a los premios, aún ningún actor abiertamente homosexual ha ganado una estatuilla. Ian McKellen fue el primer nominado a un Oscar en dos ocasiones por sus personaje de Dioses y monstruos de 1998 y El Señor de los Anillos: la Comunidad del Anillo en el 2001.
Foto: New line Cinema
Aquella noche del 2002 que perdió nuevamente el Oscar leyó desde su asiento en la primera fila las últimas palabras del discurso que en su día escribió, para su primera nominación en 1999. “Nunca lo olvidaré”, dijo Bill Condon, director de aquella película que estuvo presente esa noche junto al actor y que conocía al dedillo el discurso entero.
Jeremy Blacklow, director de medios de comunicación y entretenimiento en la organización GLAAD (Alianza de Gays y Lesbianas Contra la Difamación), señaló para el medio Vanity, que en Hollywood “los actores LGTBQ+ llevan mucho tiempo haciendo frente a una discriminación laboral de todo punto flagrante y sintiéndose forzados a esconder su orientación sexual o su género con vistas a poder acceder a algún trabajo”.
En una ocasión, Ian McKellen contestó irónicamente a The Guardian: “Ningún hombre abiertamente gay ha ganado alguna vez el Oscar. Me pregunto si son los prejuicios o si se trata de una casualidad”. Quizá esta vez la Academia pueda demostrar que la historia puede empezar a cambiar y premie a Stewart con una merecida estatuilla.