
Cuando Jane Goodall llegó a Perú en 2013, traía consigo más de medio siglo observación, aprendizaje y convivencia con los chimpancés. Pero la famosa primatóloga no solo vino a hablar de ciencia. Llegó con el mensaje de alguien quien ha dedicado la vida a escuchar a los animales, en especial a los chimpancés y con la certeza de que la empatía es la mejor herramienta para salvar el planeta.
En una conferencia para Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana en Iquitos, Goodall demostró su conocimiento del lenguaje de los chimpancés, dando la bienvenida al público con sonidos propios de un primate de los que habitan en Tanzania. Luego contó que su historia comenzó con una madre que nunca frenó su curiosidad. “Nací amando animales, y ella apoyó este amor a los animales a través de mi infancia. Me refiero a mi madre. He amado los animales desde que era muy pequeñita, y ella siempre me apoyó mucho en esta pasión".
Goodall transformó nuestra comprensión de los chimpancés. Foto: Europa Press
Goodall les habló de los sueños, del valor de la paciencia y del poder de las decisiones cotidianas. “Cada día podemos hacer algo nuevo. Si ustedes piensan en las consecuencias de las pequeñas decisiones que tomamos, se darán cuenta de que podemos hacer mucho por el planeta”, dijo.
Durante su visita, Goodall insistió en que el cambio no depende solo de gobiernos o grandes organizaciones, sino de cada persona. “Mi madre me dijo: ‘Si realmente quieres algo, trabaja duro y nunca te rindas’. Ese consejo lo sigo repitiendo en cada país al que voy”, contó en su visita, mientras recordaba cómo viajó a África por primera vez con poco dinero y el gran propósito de conocer a los animales libres.
Jane Goodall acicalando a David Greybeard, el chimpancé que revolucionó las ideas sobre la inteligencia de los primates. Foto: National Geographic
También se refirió a su trabajo con los jóvenes del programa Roots & Shoots, creado por la fundación que lleva su mismo nombre, la cual promueve proyectos de conservación y acción comunitaria. Su mensaje fue directo: el futuro del planeta depende de las nuevas generaciones. “Ustedes son quienes tienen que tomar la posta. Hay esperanza, pero solo si cada uno actúa”, afirmó con la voz pausada que la caracterizaba.
En sus días en el Perú, Goodall visitó instituciones dedicadas a la protección de especies y resaltó el trabajo de conservación que se realiza en la Amazonía. “Felicito los esfuerzos que se hacen en Iquitos; deben ampliarse y mucha gente debe conocer la importancia de conservar estas especies”, expresó entonces. Sus palabras se convirtieron en un reconocimiento y también en un llamado.
Las personas que compartieron junto a ella, durante su paso por la Amazonía peruana, recordó tras su muerte que su visita contribuyó a fortalecer el vínculo entre ciencia y comunidad, especialmente en la protección de hábitats de primates y fauna amenazada. Su mensaje de respeto hacia todas las formas de vida se ha vuelto un ejemplo para los jóvenes investigadores que hoy lideran proyectos de conservación en la selva.
Durante su estadía, Goodall también compartió momentos cercanos con investigadores y jóvenes. Su sencillez y calidez quedaron grabadas en la memoria de quienes la conocieron. El periodista Paco Bardales, quien formó parte de la coordinación de actividades durante su visita, la recuerda como “una persona muy dulce, amable y de convicciones fuertes, la cual se dejaba notar siempre en la forma como se comunicaba, tanto con el entorno humano como con los animales. Había un respeto cuando se relacionaba con los primates”.
En su llegada a Iquitos, Goodall logró comunicarse con un mono guapo colorado. Cortesía: Paco Bardales
Bardales también contó una anécdota muy curiosa ocurrida en el Mariposario Pilpintuwasi de Iquitos, donde Goodall se encontró con un mono guapo colorado. “Se emocionó tanto y el mono también se emocionó; se acercaron mutuamente y se hicieron amigos rápido”, relató. “Estos monos suelen acercarse con otras intenciones y son menos amables. Me llamó la atención la forma en que ella supo comunicarse con él, cómo lo acarició y lo hizo sentir cómodo. Nunca había visto a alguien conectar tan rápido con un primate”, narró a La República.
Jane Goodall falleció a los 91 años, según informó el Instituto que lleva su nombre. Su vida estuvo marcada por una convicción inquebrantable: que la esperanza es una fuerza transformadora. Fue Mensajera de la Paz de las Naciones Unidas, fundadora de una red global de conservación y, sobre todo, una mujer que cambió la forma en que el mundo ve a los animales.
Su paso por el Perú fue breve, pero dejó una huella que sigue creciendo. En cada joven que escuchó su conferencia, en cada estudiante que hoy dedica su vida a proteger la naturaleza, y por qué no en cada primate que habita en él.
“Cada día podemos hacer algo. Si pensamos en las consecuencias de nuestras pequeñas decisiones, podremos cambiar el mundo”, dijo aquella tarde en Lima. Y aunque hoy su voz se haya apagado, su mensaje sigue vivo, como un eco sereno entre los árboles.

CINEPLANET: 2 entradas 2D + 2 bebidas grandes + Pop corn gigante. Lunes a Domingo
PRECIO
S/ 47.90
ALMUERZO O CENA BUFFET + Postre + 1 Ice tea de Hierba luisa en sus 4 LOCALES
PRECIO
S/ 85.90
CINEMARK: Entrada 2D - opción a combo (Validación ONLINE o mostrando tu celular)
PRECIO
S/ 10.90
PERULANDIA: 1 Entrada +Vale de 30 soles + bosque encantado + piscinas + Perusaurus en Huachipa
PRECIO
S/ 49.90