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Ciencia

El ciclo del agua en la Tierra está en peligro: 3.000 millones de personas ya sufren escasez hídrica

Un informe revela que la crisis del agua ha alcanzado niveles críticos sin precedentes. Cada día, más de 1.000 niños mueren por enfermedades relacionadas con la falta de acceso a agua potable. Además, más del 50% de la producción mundial de alimentos está en riesgo.

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El agua es clave para la salud humana, la agricultura, la producción de energía y la higiene. Foto: Allianz Global Investors

La acción humana ha ocasionado un desequilibrio en el ciclo del agua a nivel mundial. El último informe de la Comisión Global sobre la Economía del Agua revela que la Tierra se enfrenta a una crisis hídrica sin precedentes en la historia. Los efectos ya son notables: alrededor de 3.000 millones de personas sufren la escasez de este recurso que es básico y ha sido subvalorado. Los expertos advierten que no se puede contar con la disponibilidad de agua dulce para el futuro y acusan que es consecuencia de la mala gestión colectiva.

El ciclo del agua es el proceso por el que el agua se mueve en la superficie de la Tierra. Un desequilibrio puede tener graves consecuencias para los ecosistemas, la agricultura y la salud humana. A la vez, si bien el problema es agravado por los efectos del cambio climático, también puede ser un factor impulsor del mismo y de la pérdida de biodiversidad. Las sequías, inundaciones, olas de calor e incendios son algunos de los efectos que se esperan en el mundo si no se aplican medidas urgentes.

El agua cubre aproximadamente el 71% de la superficie de la Tierra, pero solo un 2.5% de ella es agua dulce. Foto: Pexels

¿Cómo funciona el ciclo del agua y por qué está en desequilibrio?

El ciclo del agua funciona como un sistema cerrado y continuo. Comienza con la evaporación del agua de océanos, ríos y lagos hacia la atmósfera, donde se condensa en forma de nubes. Posteriormente, la precipitación, en forma de lluvia o nieve, regresa el líquido a la superficie terrestre. Parte de esta precipitación se filtra en el suelo, alimentando acuíferos subterráneos, mientras que otra parte vuelve a los ríos y océanos, cerrando el ciclo.

El ciclo hidrológico está en desequilibrio debido a la intervención humana y los efectos del cambio climático. Actividades como la deforestación, la urbanización y la sobreexplotación de recursos están alterando tanto la cantidad como la calidad del agua disponible. De acuerdo al informe, factores como el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero están generando fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones y sequías prolongadas. A esto se suma la destrucción de ecosistemas que, al interrumpir los flujos naturales de agua, disminuyen la cantidad de precipitación y reducen la capacidad de los suelos para almacenarla.

Según los expertos, el problema es que, tradicionalmente, las políticas hídricas se han centrado en el agua "azul" (la que circula en ríos y otras fuentes), mientras se ha ignorado la importancia del agua "verde" (la contenida en suelos y vegetación), que juega un papel clave en el ciclo hidrológico global. Este desequilibrio está generando crisis de agua en muchas regiones del mundo, donde la escasez y la mala calidad del recurso están alcanzando niveles críticos, con impactos en la agricultura, la biodiversidad y el bienestar humano.

Escasez hídrica y efectos del desequilibrio del agua

El informe de la Comisión Global sobre la Economía del Agua señala que alrededor de 3.000 millones de personas sufren escasez hídrica. Más de 1.000 niños menores de cinco años mueren cada día, en el mundo, por enfermedades causadas por agua y saneamientos insalubres. Además, se ha registrado que mujeres y niñas invierten 200 millones de horas diarias para recolectar y acarrear agua.

Asimismo, se estima que la crisis del agua amenaza a más del 50% de la producción mundial de alimentos. A largo plazo, se prevé que el Producto Bruto Interno de los países puede reducirse en un 8% hasta 2050, con pérdidas que superan el 15% en las regiones de bajos recursos.

La crisis del agua se agrava debido a la creciente demanda de este recurso. "Si bien se requieren entre 50 y 100 litros por día para satisfacer las necesidades básicas de salud e higiene, una vida digna, que incluya una nutrición y un consumo adecuados, requiere un mínimo de unos 4.000 litros por persona por día", precisa el informe. Esta cantidad es mayor a la que la mayoría de las regiones pueden conseguir a nivel local.