A 1.300 años luz de distancia, en la constelación de Puppis, en la Vía Láctea, se halla una estructura nebulosa apodada ‘la mano de Dios’ que ha llamado la atención de astrónomos del Observatorio Interamericano Cerro Tololo. Una nueva imagen de esta figura ha sido capturada recientemente por la Cámara de Energía Oscura (DECam) del Telescopio Blanco en Chile.
Si bien 'la mano de dios' ha sido vista por primera vez en 1976, por observaciones con el Telescopio Schmidt del Reino Unido, operado por el Observatorio Astronómico Australiano, recientemente se ha detectado un brillo rojo con mayor nitidez. Además, el cúmulo nuboso parece una cabeza que se comerá a la galaxia ESO 257-19, que en realidad se ubica 100 millones de años luz más lejos.
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La ‘mano de dios’ es denominada oficialmente CG 4 y, según el Laboratorio Nacional de Investigación de Astronomía Óptica-Infrarroja, NOIRLab, se trata de un glóbulo cometario, una subclase de nubes de gas y polvo en el espacio, con una forma similar a la de un cometa.
Cuando nubes aisladas de denso gas y polvo cósmico, rodeadas de material ionizado caliente, exhiben un desprendimiento de material dan como resultado una especie de cola extendida, dando origen a los glóbulos cometarios.
Foto: Telescope Live
A partir de la fotografía, el NOIRLab ha podido constatar detalles del glóbulo cometario: una cabeza polvorienta de 1,5 años luz y una cola larga que mide alrededor de ocho años luz. Las magnitudes son consideradas pequeñas a comparación de otras nebulosas de su tipo.
En la imagen de DECam se percibe un tenue brillo rojo de hidrógeno ionizado desde la cabeza CG4 y alrededor de sus bordes exteriores. Se indica que ello se debe al efecto de la radiación estrellas masivas y calientes cercanas al hidrógeno presente en la nube.
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Los glóbulos cometarios, como el enigmático CG 4, han intrigado a los astrónomos con sus formas distintivas y sugiere dos teorías principales sobre su formación. La primera propone que inicialmente eran nebulosas esféricas que fueron alteradas por la explosión de una supernova cercana, posiblemente la misma que creó la Nebulosa de Gum, que es donde se ubica ‘la mano de dios’. Esta explosión habría generado ondas de choque que distorsionaron las nebulosas esféricas originales, dándoles la forma de cabeza densa y una cola alargada.
La segunda teoría sugiere que los glóbulos cometarios se forman debido a la influencia combinada de vientos estelares y la presión de radiación de estrellas masivas cercanas. En el caso de CG 4 y otros glóbulos dentro de la Nebulosa de Gum, sus colas apuntan en dirección opuesta al remanente de supernova Vela y al pulsar Vela. Estos poderosos vientos estelares y la intensa radiación del pulsar podrían estar esculpiendo las colas de los glóbulos cometarios, empujando el material hacia afuera y creando la apariencia característica.