Un equipo de investigadores ha identificado un metal cuyo origen escapa de lo conocido en la Tierra entre los artefactos del tesoro de Villena, uno de los conjuntos arqueológicos más importantes de España, que data de aproximadamente los años 1200 a 1400 a. C.. El descubrimiento ha revelado la sofisticación de los antiguos artesanos y transforma la percepción de la tecnología y el arte de las civilizaciones de la Edad del Bronce.
El análisis de un brazalete y un hemisferio de metal, en medio de las piezas del famoso tesoro, ha confirmado con alta probabilidad que están hechos de hierro meteorítico, lo que ha planteado interrogantes sobre el conocimiento astronómico de las culturas Ibéricas, durante la Edad de Bronce, como plantea un artículo del portal especializado ScienceAlert.
El hemisferio de hierro meteorítico y oro tiene un diámetro máximo de 4,5 centímetros. Foto: Museo Villena
El tesoro de Villena, descubierto en 1963 en la provincia de Alicante, España, es uno de los hallazgos de la Edad del Bronce más significativos de Europa. Consta de 59 objetos que suman un total de casi 10 kilogramos de oro, lo que lo convierte en el segundo tesoro prehistórico de oro más grande encontrado en el continente.
Las piezas de oro de alta calidad que conforman el tesoro son: "11 cuencos, 28 brazaletes, 3 botellas y varios objetos utilizados como elemento decorativo de una pieza circular, con un peso de 9,754 kg, 3 botellas de plata, de más de 600 gr de peso, 2 objetos considerados de hierro y los restos de una especie de resina identificada, sin las correspondientes analíticas, como ámbar", según un artículo de la Universidad de Alicante.
Se estima que la importancia del tesoro de Villena trasciende su valor material, pues revela detalles sobre el comercio, las tecnologías de fabricación de metales y las conexiones culturales en la Península Ibérica hace más de 3000 años.
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Entre las relucientes piezas, un brazalete y un hemisferio —que es como la mitad de una esfera ovalada que podría haber sido la empuñadura de una espada— destacaron por su composición metálica inusual. Inicialmente, se pensó que eran de hierro común, pero investigaciones recientes, como la liderada por Salvador Rovira-Llorens, han demostrado con alta probabilidad que su material es hierro meteorítico.
Las sospechas surgieron porque las manufacturas con hierro recién empezaron alrededor del año 850 a. C. y los materiales del tesoro datan entre 1500 y 1200 a. C., por lo que desentrañar de qué estaban hechos ambos objetos resultó un reto. Luego de varios análisis, se encontró que podía ser un tipo de hierro muy específico.
"Los datos disponibles sugieren que el capuchón y el brazalete del tesoro de Villena serían actualmente las dos primeras piezas atribuibles al hierro meteorítico en la Península Ibérica, lo que es compatible con una cronología del Bronce Final", señalan especialistas que participaron en un estudio dirigido por Llorens, en un artículo publicado en la revista Trabajos de Prehistoria.
La pulsera de hierro mide 8,5 centímetros de ancho. Foto: Museo Villena
La clave para identificar el hierro meteorítico radica en su composición única, rica en níquel y cobalto, muy distinta de los metales de origen extraterrestre. Tales elementos, en concentraciones significativamente diferentes a las del hierro encontrado en la Tierra, junto con patrones cristalinos específicos observados bajo microscopía, confirmaron la hipótesis de los investigadores. Sus características no se encuentran en el hierro producido o encontrado naturalmente en la superficie terrestre.
"El hierro meteorítico se encuentra en cierto tipo de meteoritos que, procedentes del espacio exterior, caen sobre la superficie de la Tierra. Dichos meteoritos están compuestos básicamente por una aleación hierro-níquel con una composición variable de níquel que suele ser superior al 5 % en peso", se indica en la mencionada publicación.
El hierro meteorítico no solo es notable por su origen fuera de la Tierra, sino también por sus propiedades únicas. Históricamente, ha sido utilizado en diversas culturas para fabricar objetos de gran importancia, dada su durabilidad y resistencia a la corrosión.
Se han hallado diversos objetos que contienen hierro meteorítico durante la Edad de Bronce. Foto: Cienciaplus