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Ciencia

Arqueólogos descubren un asentamiento humano en China con más de 7.000 años de antigüedad

Un equipo de arqueólogos ha sacado a la luz un asentamiento de más de 7.000 años en China, un hallazgo que redefine la historia de la migración humana en Asia.

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Este descubrimiento enriquece el campo de la arqueología en China. Foto: Composición LR/La Nación/History | Foto: Composición LR/La Nación/History

En una revelación que despierta tanto asombro como interrogantes, un grupo de arqueólogos ha descubierto un asentamiento humano en la isla de Pingtan, China, con una antigüedad que supera los 7.000 años. Este hallazgo, no solo aporta nueva luz sobre las primeras civilizaciones en el territorio chino, sino que también podría redefinir la comprensión de los movimientos migratorios y las interacciones culturales en Asia.

La importancia de este hallazgo reside en su capacidad para ofrecer respuestas a preguntas largamente sostenidas sobre los orígenes y la dispersión de los pueblos austronesios, cuya presencia ha sido evidente en regiones que van desde Taiwán hasta el sudeste asiático. Este asentamiento, que se ubica específicamente en una zona que hoy se considera un puente entre diversas culturas marítimas, sugiere una conexión genética y cultural profunda entre los habitantes de la antigua China y los pueblos del sudeste asiático.

La evidencia arqueológica, compuesta por herramientas, restos de viviendas y artefactos ceremoniales, apunta a una sociedad compleja y bien establecida, capaz de adaptarse y prosperar en un entorno marítimo desafiante. Este descubrimiento enriquece el campo de la arqueología en China y también aporta valiosas piezas al rompecabezas de la historia humana en Asia.

¿Cómo se llevó a cabo el descubrimiento?

La combinación de tecnologías avanzadas de prospección geológica y técnicas arqueológicas tradicionales permitió el trascendental descubrimiento. Mediante el uso de radar de penetración terrestre y análisis estratigráfico, el equipo pudo identificar y luego excavar cuidadosamente las áreas de interés, con la responsabilidad de preservar los artefactos y estructuras descubiertas. Este enfoque multidisciplinario facilitó la identificación del asentamiento y también permitió una comprensión más profunda de las prácticas cotidianas y las tradiciones culturales de sus habitantes.

Este asentamiento, que se ubica específicamente en una zona que hoy se considera un puente entre diversas culturas marítimas. Foto: La Nación.

El equipo responsable de este importante hallazgo incluyó a arqueólogos de prestigiosas instituciones chinas, quienes, tras años de meticulosa investigación y excavación, lograron desenterrar las pruebas de este antiguo asentamiento humano. Sin embargo, estos descubrimientos solo son una parte de un gran hallazgo en la isla Pingtan: el yacimiento de Kiqiutou, que data de 5.000 a 6.500 años, y Donghuaqiu y Guishan, los cuales se remontan a 3.000 y 4.200 años atrás.

Los resultados del descubrimiento, los cuales han sido calificados como uno de los más importantes del siglo por la Administración Nacional de Patrimonio Cultural chino, fueron publicados en la revista científica Quaternary Internacional. “Estos descubrimientos son de gran importancia para comprender la historia y la cultura de los pueblos austronesios”, indicó Guan Qiangm, subdirector de la Administración Nacional de Patrimonio Cultural, quien también resaltó que este hallazgo "ayuda a entender cómo estos pueblos utilizaron los recursos marítimos y cómo se extendieron en el mundo".

El pueblo austronesio

El pueblo austronesio se refiere a un grupo etnolingüístico extenso y diverso que se distribuye principalmente en las islas del Sudeste Asiático, el Pacífico y partes de Madagascar. Este grupo es notable por su habilidad en la navegación y la expansión marítima, habiendo colonizado una vasta área que abarca desde Madagascar, en el oeste, hasta la Isla de Pascua, en el este; y desde Taiwán, en el norte, hasta Nueva Zelanda, en el sur.

Los austronesios son considerados descendientes de poblaciones que habitaron lo que hoy es Taiwán hace unos 5.000 a 6.000 años. Desde allí, se cree que migraron hacia el sur a Filipinas y luego se dispersaron a través del Sudeste Asiático, el Pacífico y el océano Índico. Esta migración ocurrió en varias olas, se extendió por miles de años y originó la diversificación de los pueblos austronesios en cientos de grupos étnicos distintos con sus propias lenguas y culturas.