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Ciencia

La evolución de Sudamérica: fue una isla hasta hace 3 millones de años y ahora se mueve hacia la Antártida

América del Sur y América del Norte no siempre fueron un solo continente. Su unión, a través del tiempo, trajo determinantes consecuencias para la biodiversidad.

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América del Sur tiene una extensión de 17.84 millones de kilómetros cuadrados, aproximadamente. Foto: Vecteezy

Los continentes están en constante movimiento, pese a que parezca imperceptible. Diversas teorías apuntan a la existencia de una gran área de superficie terrestre que tras millones de años se dividió en las extensiones que hoy conocemos y que incluso podrían volver a unirse. Prueba de ello ha sido el hallazgo de restos fósiles de los mismos animales y plantas en zonas tan alejadas como la India y la Antártida.  

Así, se sabe que América del Sur y América del Norte estaban separadas hasta hace 3 millones de años, aproximadamente, cuando —producto de la actividad tectónica y la erupción de volcanes submarinos— se formó una franja de tierra que las unió. ¿Cómo evolucionó Sudamérica?

Sudamérica cuando era isla

Alrededor de 300 millones de años atrás, Pangea era una enorme masa de tierra donde estaban unidos los continentes, según la teoría de la Deriva continental de Alfred Wegener. Tras un largo periodo de tiempo, en el cual también llegaron los dinosaurios, la aparición de grietas y mares separó al supercontinente en dos grandes partes: Laurasia, hacia el norte, y Gondwana, hacia el sur. Sudamérica se ubicaba en esta segunda área, junto a África, Antártida, Australia, India y la península arábiga.

La apertura del océano Atlántico fue crucial para el aislamiento de Sudamérica, pues la alejó de África y los demás continentes, convirtiéndola en una isla, evento que ocurrió en los últimos 66 millones de años, según un estudio publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias.

En aquella isla, existía una cuantiosa variedad de fauna, para lo cual habría existido un entorno favorable para la biodiversidad: fuentes de agua y alimentos. Según el Atlas de la Historia de la Tierra, se trataba de un ambiente más cálido y húmedo, con especies que se adaptaron a él.

Muchos de los mamíferos que evolucionaron cuando Sudamérica era una isla ahora están extintos. Foto: D. Croft

Algunos de los animales propios de Sudamérica fueron los perezosos terrestres, osos hormigueros, armadillos (gliptodontes), monos, entre otros. Muchos de ellos se extinguieron durante el Gran Intercambio Biótico Americano, que es como se conoce al traslado de las especies cuando la región se unió a América del Norte.

El puente que unió América

Una franja de tierra de 700 kilómetros de largo, denominada istmo de Panamá, se empezó a formar hace 23 millones de años y terminó su proceso varios años más tarde, impulsado por la actividad tectónica de placas y la elevación de la cordillera de los Andes, de acuerdo a un estudio publicado en Science Advances. Esta especie de puente natural se ubicó entre América del Sur y América del Norte, además dividió el océano Atlántico del Pacífico.

El istmo de Panamá está accidentado por la cordillera Central, delimita por el norte con el golfo de los Mosquitos y por el sur con el golfo de Chiriquí. Foto: NASA/GSFC

Si bien varían las teorías de cuándo culminó este proceso (de 3 a 13 millones de años), investigadores afirman que este enlace hizo posible un intercambio a gran escala de los animales que hasta entonces habían evolucionado de forma aislada. No obstante, cabe mencionar que los traslados no se dieron de forma equitativa, pues hay mamíferos de origen norteamericano en Sudamérica, pero hay menos especies en el lado norte.

Según un estudio de PNAS, el intercambio desigual habría sido consecuencia del impacto del cambio climático que afectó a los mamíferos sudamericanos, hace 5 millones de años. A ello se suma la diferente cantidad de depredadores que terminaron impulsando la desaparición de especies.

Uno de los animales que se extinguieron fue el perezoso terrestre gitante. Foto: Guillermo Torres / BIA

Sudamérica se mueve

Así como Sudamérica era parte de Pangea y luego se aisló, actualmente continúa en movimiento —al igual que los demás continentes—, gracias a la continua y paulatina actividad de las placas tectónicas. Su próxima ubicación varía según distintas teorías.

En menos de 300 millones de años, América del Sur podría terminar junto a Antártida y Australia tras la unión de los continentes en una gran extensión denominada Amasia, la cual está formándose a un ritmo de cuatro centímetros por año, según un reciente estudio elaborado por científicos de la Universidad de Curtin y de la Universidad de Pekín.

Por otro lado, la teoría de Pangea Última, defendida por el geólogo Alejandro Farnsworth, sostiene que América se uniría con África, Europa y Asia en un periodo de 250 millones de años. Dicha hipótesis, a su vez, sostiene que este evento coincidiría con el fin de la humanidad, debido a un aumento de la actividad volcánica en la Tierra.