Cargando...
Ciencia

Cazadores del cosmos en las montañas de Lima

En los exteriores de la capital, unos astrofotógrafos logran captar las maravillas del universo. La República los acompañó en su travesía.

larepublica.pe
Astrofotógrafos han hallado en la sierra de Lima el lugar ideal para captar las maravillas del universo. Fotos: Luis Calle / Guillermo Spiers / composición de Gerson Cardoso

El sol se pone frente a nosotros y una brisa helada nos avisa sobre la cruda velada que pasaremos en una ladera de Santiago de Tuna (Huarochirí, Lima), a 2.900 metros sobre el nivel del mar. Pero el frío es la menor de las preocupaciones para Guillermo Spiers y Luis Calle, quienes se aseguran de que sus telescopios estén operativos. Nada puede fallar esta noche de luna nueva, la fase oscura que llega cada 29 días y permite ver con mayor claridad los objetos del espacio profundo. “Hoy captaremos todo lo que podamos”, me aseguran.

Luis Calle y Guillermo Spiers se preparan para una intensa noche de observación astronómica. Foto: Renzo Gonzales

Por fin oscurece y un espectáculo cósmico comienza a simple vista. El plano de la Vía Láctea atraviesa el centro del cielo y es flanqueado por constelaciones repletas de estrellas. Entretanto, los telescopios divisan sus primeras nebulosas, regiones de polvo y gas donde se pueden formar nuevas estrellas. Acto seguido, las cámaras acopladas a estos instrumentos captan las imágenes y procesan los colores que el ojo humano no puede ver.

Nebulosa de Orión, ubicada a 1.344 años luz de la Tierra. Foto: Luis Calle Rosasco / Santiago de Tuna

Spiers y Calle se dedican a esta actividad, la astrofotografía, desde hace casi una década. Para ambos, es una suerte de vida paralela, ya que cada uno tiene su profesión y ocupación propia. Esa pasión por el espacio los llevó a formar, junto con otros aficionados, el grupo Base Astronómica Santa Eulalia (BASE).

Conforme transcurren las horas y la rotación de la Tierra sigue su curso, emergen nuevas maravillas cósmicas sobre el horizonte. Una que me ha cautivado es Omega Centauri. A simple vista se ve como un débil lucero, pero los telescopios revelan un cúmulo de millones de estrellas situado a más de 15.000 años luz de nuestro planeta.

Cúmulo globular Omega Centauri, ubicado a 15.790 años luz de la Tierra. Foto: Guillermo Spiers / Santiago de Tuna

El cielo despejado, la ausencia de luces en la superficie y la altura permiten vislumbrar estos rincones del universo empotrados en un lienzo oscuro y estrellado. Sin duda, es un sitio privilegiado para la observación astronómica. Uno de muchos en la sierra peruana.

Para no estropear esa oscuridad perfecta, nos movilizamos con una luz roja. Prohibidos los flashes. Aún así, me permiten un breve destello para que mi amigo y yo seamos inmortalizados en este paisaje montañés.

La silueta de la Vía Láctea se asoma tímidamente en en centro de la imagen. Foto: Guillermo Spiers / Santiago de Tuna

Ya pasamos la medianoche en Santiago de Tuna, pero el firmamento aún nos depara otro recital en medio del profundo silencio al que ya nos hemos acostumbrado.

Guiados por un programa de astronomía, ubicamos a Andrómeda, la galaxia espiral más cercana a la nuestra (a 2,5 millones de años luz). A simple vista, observo una mancha tenue grisácea. Apuntamos las lentes en esa dirección y ahora es una colosal estructura con notable variedad de detalles y colores. Estoy viendo el hogar de un billón de estrellas y millones de sistemas planetarios.

Galaxia de Andrómeda, ubicada a 2,5 millones de años luz de la Vía Láctea, nuestra galaxia. Foto: Guillermo Spiers / Santiago de Tuna

Por un momento, bajamos nuestra vista para apreciar las fotos tomadas ahora y no puedo estar más perplejo. Los astrofotógrafos, por su parte, enseñan con orgullo sus postales.

Luis Calle afirma que estos resultados son “un claro mensaje de que este tipo de actividades se pueden realizar en nuestro país”.

En tanto, Guillermo Spiers me expresa su deseo de que este asombro ante el cosmos llegue a más personas, “ofrecer la experiencia de ‘ver el universo’ al público en general”.

Falta poco para la llegada de alba y los dos astrofotógrafos continúan escudriñando el cielo. Obstinación entendible, dado que esta noche ha sido una pequeña despedida: la época de lluvias inicia en la sierra, por lo que el grupo BASE no volverá a reunirse hasta mayo, cuando los cielos se abran nuevamente para mostrar al universo en todo su esplendor.