Los agujeros negros son cuerpos tan masivos que tienen una fuerza gravitatoria capaz de tragar todo a su alrededor, incluyendo la luz. Si bien estos objetos fueron predichos con la teoría de la relatividad general de Albert Einstein a inicios del siglo pasado, los astrónomos recién pudieron corroborar su existencia cuando empezaron a detectar varias emisiones de radio inexplicables que coincidían con la hipótesis del físico alemán.
Una de estas fuentes de energía habita el centro de la Vía Láctea. Se trata de un agujero negro supermasivo denominado Sagitario A* (o Sgr A*) por ubicarse, desde la perspectiva de la Tierra, dentro de la constelación de Sagitario.
Te contamos todo lo que se conoce sobre este enigmático cuerpo oscuro.
Características de un agujero negro y su entorno. Infografía: AFP
Existen distintos tipos de agujeros negros dependiendo de su masa; es decir, la cantidad de materia que posee. Los estelares tienen de cinco a decenas de veces la masa del Sol; los intermedios, entre cientos y miles; y los supermasivos, entre millones y miles de millones.
Estos últimos se ubican en el centro de todas las galaxias conocidas. En la nuestra se encuentra Sagitario A*, poseedor de cuatro millones de masas solares.
Sagitario A* tiene un diámetro de 44 millones de kilómetros, según la medidas de su horizonte sucesos, la superficie negra y esférica que marca el límite donde la materia y la energía ya no pueden escapar de la gravedad.
En una escala más próxima, podríamos decir que su tamaño es 120 veces la distancia que hay entre la Tierra y la Luna o un poco menor que la distancia que separa a Mercurio del Sol (aproximadamente 58 millones de kilómetros).
Los agujeros negros pueden ser de distintos tipos según su masa. Sagitario A* es uno de tipo supermasivo, debido a que es cuatro millones más masivo que el Sol. Foto: Lola Producciones
El agujero negro en el corazón de nuestra galaxia se sitúa a 27.000 años luz de distancia de la Tierra. En otros términos, es poco menos de un tercio del diámetro total de la Vía Láctea, el cual mide 106.000 años luz.
La existencia de un agujero negro se puede inferir al observar la alteración de las estrellas cercanas que son atraídas por el fuerte tirón gravitatorio. Algunas de ellas desaparecen, son expulsadas con violencia o la luz que emiten se distorsiona a longitudes de ondas más largas (infrarrojos).
A mediados de los años 90, los astrónomos Reinhard Genzel y Andrea M. Ghez —ganadores del Nobel de Física en 2020 por este hallazgo— replicaron esta técnica para encontrar a Sagitario A*, pero antes tuvieron que sortear un par de obstáculos. Primero, contar con telescopios que puedan ver en longitudes de onda infrarroja —y que atraviesan obstáculos como las nubes estelares—; y segundo, hallar las estrellas más próximas al agujero negro para conocer su dimensión real.
Movimiento de las estrellas más próximas a la región donde reside el agujero negro de la Vía Láctea, Sagitario A*. Dicha transición registrada en 2021. Foto: ESO
Por más de dos décadas, el equipo de astrónomos detectó varias estrellas cercanas a Sgr A* con telescopios del Observatorio Europeo Austral (ESO). Una de esta era S29, que, en su punto más próximo al horizonte de sucesos, empezaba a viajar a una velocidad impresionante de 8740 km/s. pese a estar a 13.000 millones de kilómetros, 90 veces la distancia entre el Sol y la Tierra.
Dichas observaciones fortalecieron la existencia de un agujero negro supermasivo en la Vía Láctea y al mismo tiempo permitieron determinar sus características. A pesar de esos avances, aún no existe una imagen del objeto masivo.
Capturar imágenes de la silueta de un agujero negro ya es posible con el Telescopio del Horizonte de Sucesos (EHT, por sus siglas en inglés), un proyecto internacional de ocho radiotelescopios que juntos forman un lente virtual del tamaño de la Tierra.
La primera gran hazaña de EHT fue fotografiar al agujero negro de la galaxia Messier 87 (M87): un coloso de 6.500 millones de masas solares ubicado a 55 millones de años luz. Desde entonces, los científicos del EHT han intentado captar el retrato de Sagitario A*, tarea que no ha sido nada fácil a pesar de estar en nuestro barrio cósmico. Esto se debe a todo el polvo estelar que se interpone entre la Tierra y el centro galáctico.
El jueves 12 de mayo de 2022, el equipo del EHT por fin reveló la primera prueba visual de Sagitario A*, luego de fusionar varias fotografías de larga exposición. En la postal se observan dos características: la esfera oscura del objeto cósmico y su disco de acrecimiento, donde hay tres regiones con mayor brillo debido a la variación del flujo de plasma.
Primera fotografía de Sagitario A*, el agujero negro en el corazón de nuestra galaxia. Foto: Collaboration Event Horizon Telescope (EHT)