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Ciencia

“La COVID-19 puede ser endémica y mortal a la vez”, advierte experto de Oxford

El virólogo sostiene que “existe una idea errónea y optimista de que los virus evolucionan para ser más benignos”, pero esto no se cumple con el SARS-CoV-2.

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La suposición confiada de una endemia no solo es ‘errónea’, sino que muchas veces representa una excusa para hacer poco o nada, según Aris Katzourakis, biólogo de la Universidad de Oxford. Foto: AFP

Desde el inicio de la pandemia de COVID-19, se ha utilizado la palabra endemia como un desenlace de la enfermedad que sucederá naturalmente en un momento aún desconocido. Sin embargo, Aris Katzourakis, virólogo de la Universidad de Oxford, afirmó en la revista científica Nature que dicha suposición no solo es “errónea”, sino que muchas veces representa una “excusa para hacer poco o nada”.

De acuerdo con Katzourkais, cuando una enfermedad se vuelve endémica, las tasas de infección son estáticas, es decir, no aumentan ni disminuyen. Los ejemplos más citados son los resfriados comunes, cuyas infecciones son estacionales y sus síntomas son leves.

Sin embargo, “una enfermedad puede ser endémica, generalizada y mortal”, advirtió el virólogo evolutivo. Asimismo, recordó que la malaria fue mortal en 2020 para 600.000 personas en el mundo. Mientras tanto, ese mismo año, la tuberculosis mató a poco más del 10% de las personas con dicha infección bacteriana.

Por otro lado, detalló que una endemia tampoco garantiza una estabilidad permanente, ya que puede haber nuevas olas de infecciones. Un caso ejemplar es el brote de sarampión ocurrido el 2019 en Estados Unidos.

En ese sentido, remarcó que “afirmar que una infección se volverá endémica no dice nada sobre cuánto tiempo puede llevar alcanzar la estasis, cuáles serán las tasas de casos, los niveles de morbilidad o las tasas de mortalidad o, lo que es más importante, qué parte de una población y qué sectores serán susceptibles”.

“Existe una idea errónea, generalizada y optimista de que los virus evolucionan con el tiempo para volverse más benignos”, pero este no es el caso según Katzourkais. “No existe un resultado evolutivo predestinado para que un virus se vuelva más benigno, especialmente aquellos, como el SARS-CoV-2, en los que la mayor parte de la transmisión ocurre antes de que el virus cause una enfermedad grave”, precisó en su artículo.

¿Cómo detener la evolución del coronavirus SARS-CoV-2?

Katzourkais destacó que en primer lugar se debe dejar de lado ‘el optimismo perezoso’, es decir, la inacción y la espera de un final natural de la COVID-19.

En segundo lugar, sostuvo que “debemos ser realistas acerca de los niveles probables de muerte, discapacidad y enfermedad”, que cambian con cada nueva variante. Hasta ahora, el coronavirus SARS-CoV-2 ha mutado tanto en variantes altamente virulentas (delta) como capaces de evadir parte del sistema inmune (ómicron).

En tercer lugar, continuará siendo necesario desplegar nuestras armas disponibles contra la COVID-19, tales como vacunas efectivas, medicamentos antivirales, pruebas de diagnóstico y otras medidas de prevención (mascarillas, distanciamiento, ventilación, etc.).

El sublinaje BA.2. fue apodado antes como la versión sigilosa de ómicron, ya que posee mutaciones que la hacen detectable únicamente en pruebas de laboratorio. Foto: Association of American Medical Colleges - AAMC

Asimismo, enfatizó que las vacunas no solo deben ser rediseñadas para una gama más amplia de variantes, sino que también deben ser distribuidas más equitativamente en el mundo.

“Es más productivo considerar cuán mal podrían ponerse las cosas si seguimos dando al virus oportunidades para burlarnos. Entonces, podríamos hacer más para asegurarnos de que esto no suceda”, subrayó.