El Observatorio de Dinámica Solar de la NASA, que observa constantemente las actividades del astro rey, capturó el 20 de enero una imponente llamarada solar. Esta liberación de radiación electromagnética es comparable a la bomba de hidrógeno, muchísimo más potentes que las lanzadas hacia Hiroshima (Japón) en la Segunda Guerra Mundial.
“Las llamaradas solares son poderosas explosiones de energía. Las llamaradas y las erupciones solares pueden afectar las comunicaciones por radio, las redes de energía eléctrica, las señales de navegación y presentar riesgos para las naves espaciales y los astronautas”, informa la NASA desde su web oficial.
Al estar clasificada como una de clase M5.5, según el método de clasificación del Centro de Predicción del Tiempo del Espacio de NOAA (Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica), se sabe que esta bengala equivale a una gravedad moderada.
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Las de clase M1 son de gravedad menor. Después siguen las M5. En cuanto a las X1, se relacionan a un grado fuerte; y las X10 y X20, a niveles severos y extremos, respectivamente.
De llegar al nivel extremo, habría un apagón completo de radio de alta frecuencia en todo el lado de la Tierra iluminado por el Sol, durante varias horas. Además, aumentarían los errores de navegación por satélite; las señales de baja frecuencia de sistemas marítimos y aviación experimentarían interrupciones.
El material extremadamente caliente de bengalas a la derecha se resalta en luz ultravioleta. Animación: NASA / SDO
El nivel moderado o M5 suele limitar las comunicaciones por radio en el lado soleado de nuestro planeta en un máximo de 10 minutos, al igual que las señales de navegación de baja frecuencia. Cuando ocurrió este espectáculo, las consecuencias no se reflejaron en la Tierra.
La estrella madre de la Tierra, a una distancia de 150 millones de kilómetros o 1 UA (Unidad Astronómica), se compone de un 71% de hidrógeno, 27% de helio y un 2% de elementos pesados, como el oxígeno, carbono, nitrógeno, hierro, magnesio, etc.
Formado hace aproximadamente 4.500 millones de años, el astro rey contiene el 99,86% de toda la materia del sistema solar. El 0,1% es representado por los planetas. De ese último porcentaje, el 70% lo abarca Júpiter y el 20%, Saturno.
Imágenes del Sol tomadas en canales de luz ultravioleta lejana obtenidas por el Observatorio Solar y Hemisférico (SOHO). Foto: NASA
El Sol tiene un diámetro de 1,3 millones de kilómetros y una masa equivalente a 333.000 veces la Tierra. La rotación solar emplea 25,4 días terrestres en el ecuador y hasta 30 días terrestres en los polos, de acuerdo con National Geographic.