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Ciencia

El proyecto Lyra, la misión espacial para alcanzar al Oumuamua en 2050

Visto por primera vez en 2017, el visitante estelar Oumuamua sigue sembrando dudas sobre su origen, el cual finalmente sería revelado a mediados de siglo.

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Concepto artístico de las velas solares del proyecto Lyra. De fondo, se ve al Oumuamua. Foto: Lyra Project

Exactamente el 19 octubre de 2017, el telescopio Pan-STARRS descubrió al misterioso Oumuamua, el primer objeto que vino desde el espacio interestelar hacia el sistema solar, y produjo un océano de preguntas en la comunidad científica respecto a si se trataba del fragmento de un cometa, un iceberg de hidrógeno o un asteroide de forma peculiar. Cómo olvidar cuando el astrónomo Avi Loeb, de la Universidad de Harvard, afirmó que era una estructura de origen artificial construida por seres fuera de este mundo, “un signo de origen inteligente”.

Lo cierto es que la verdadera naturaleza de Oumuamua sigue siendo materia de discusión hoy en día. La ansiada respuesta podría obtenerse por medio del proyecto Lyra de la Iniciativa para Estudios Interestelares (i4is), empresa registrada en el Reino Unido y pionera en sondas de velas láser a pequeña escala.

En un principio, esta misión se concibió para llegar a Alfa Centauri, la estrella más cercana al sistema solar, que se ubica a una distancia media de 4,36 años luz de la Tierra, en 20 años. Ahora, un estudio preliminar subido a arxiv.org expone que entrar en la órbita del enigmático cuerpo celeste alargado sería posible con tecnología de propulsión nuclear térmica.

Representación de Oumuamua. Crédito: ESO.

Según el estudio, en caso las velas solares se lancen en el 2028, alcanzarían a Oumuamua en 2050 o 2054, dependiendo de la velocidad pico.

Mediante la realización de una maniobra compleja de Júpiter Oberth (JOM), esta hazaña sería posible. JOM se refiere a lanzar las pequeñas naves con dirección a un punto entre las órbitas de Venus y la Tierra; luego realizarían una Maniobra de Espacio Profundo (DSM), pasarían por la Tierra nuevamente y aprovecharían la gravedad de Júpiter para catapultarse.

La otra alternativa se denomina Solar Oberth (SOM) y consiste en usar la radiación del astro rey para ganar velocidad.

“Cuanto más cerca estés del Sol en tu órbita, más rápido serás. Entonces, para aprovechar el efecto Oberth, debes acercarte lo más posible al Sol”, expresó Coryn Bailer-Jones, investigadora del Instituto Max Planck de Astronomía (MPIA), quien propuso esta opción.

Impresión artística de la sonda de vela ligera del proyecto Lyra encontrándose con un objeto interestelar (ISO). Foto: i4is

La sonda Parker, anunciada por la NASA como la nave que ‘tocó' el Sol en diciembre de 2021, utiliza un escudo térmico de 2,44 metros y pesa 73 kg a fin de soportar el calor y radiación extremos. Los científicos del proyecto Lyra también buscan incluir un aparato así en sus diminutos dispositivos, pero armado con menor masa, porque causaría desestabilizaciones en las velas de luz.

Estudiar a Oumuamua de cerca proporcionaría datos inconmensurables a los astrónomos por un costo no tan exorbitante comparado al del telescopio James Webb (10.000 millones de dólares). Solo queda esperar a mediados de siglo y las dudas de Avi Loeb y los demás expertos se resolverán.