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Ciencia

La ‘flurona’ no es nueva, en Perú se han detectado casos desde 2020

El contagio doble de COVID-19 y gripe ha sido frecuente en la pandemia, pero poco reportado en el mundo. En 2020 se detectaron 5 casos en un hospital de Lima. Un experto responde a si debería ser materia de preocupación.

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Tanto el coronavirus SARS-CoV-2 como la influenza comparten algunos síntomas similares, por eso su dificultad de rastreo clínico. Foto: Clinton Medina Carhajualca / La República

La infección simultánea de COVID-19 y gripe común (influenza) ha vuelto a cobrar relevancia luego de que Israel reportara un primer caso en su territorio: una joven embarazada que fue dada de alta en la primera semana del año. Incluso el Instituto Nacional de Salud (INS) del Perú anunció recientemente tres casos en Amazonas, de los cuales uno falleció.

Sin embargo, este contagio doble —bautizado popularmente como ‘flurona (flu por gripe en inglés y rona por coronavirus)— en realidad ha sido más frecuente, pero poco reportado en el mundo.

Desde el inicio de la pandemia, especialmente durante las temporadas de otoño e invierno, la coinfección se ha observado en países como Estados Unidos, China, Brasil e incluso Perú. Por ejemplo, en octubre del 2020, una investigación en el Hospital Nacional Dos de Mayo, en Lima, reportó cinco pacientes (tres hombres y dos mujeres) contagiados por COVID-19 e influenza (la mayoría de tipo A).

Del total, cuatro personas eran mayores de 50 años y uno de 20. Sin embargo, en ninguno de ellos se observó mortalidad ni un tratamiento diferenciado con apoyo ventilatorio o medicación antiviral.

Síntomas del resfrío. Foto: John Michael Ramon Taya/La República

Cabe destacar que la llamada ‘flurona’ no es una enfermedad, sino una infección simultánea o coinfección del coronavirus SARS-CoV-2 y un virus de la influenza, dos patógenos distintos que generan complicaciones respiratorias.

Una dificultad para rastrear casos de ‘flurona’ radica en algunos síntomas similares que comparten el coronavirus y el virus de la gripe, tales como fiebre, tos, dificultad para respirar, fatiga, congestión nasal y dolores corporales y de garganta, como indican los CDC. Incluso, según estudios recientes, los síntomas de la variante ómicron del coronavirus SARS-CoV-2 cada vez se parecería aún más a un resfriado común.

César Cabezas, médico infectólogo y ex jefe del INS, declaró a La República que el contagio doble depende de la dinámica de los virus, ya que ”es más probable que el de mayor replicación produzca una mayor carga viral y desplace al otro”, como sucedió en las primeras olas del SARS-CoV-2 cuando aún no habían vacunas y “casi todos los cuadros de infección respiratoria eran de COVID-19″.

El doctor Cabezas sostiene que las infecciones dependen de variables como “la dinámica (velocidad) de replicación del virus, de las condiciones del huésped y del entorno (condicionantes sociales)”.

Los periodos de incubación cortos ocasionan infecciones más rápidas y, por lo tanto, que sean más contagiosas antes. Foto: AFP / Denis Charlet

“Cuando un virus predomina sobre los otros serán los más reportados en las estadísticas”, señaló Cabezas. “La vigilancia de virus respiratorios se hace de manera aleatoria y si se muestra la aparición de otros se incrementa utilizando pruebas moleculares multiplex, que incluyen la detección de varios virus respiratorios”, precisó.

¿Los casos de ‘flurona’ son de gravedad?

Por el mismo bajo número de casos reportados, no hay estudios concluyentes sobre la gravedad de la ‘flurona’ en nuestro organismo ni en qué frecuencia puede estar sucediendo en realidad.

Al respecto de la gravedad, Cabezas cree que “la respuesta es variable. Para ver un patrón habría que ver más casos. En situaciones así, es mejor prevenir mientras avanzan los estudios”.

El infectólogo también señaló que “una mayor probabilidad que haya coinfecciones y la severidad de los casos puede ocurrir en aquellas personas mayores y los pacientes con enfermedades crónicas (cardiacas, pulmonares, renales, metabólicas, del desarrollo neurológico, hepáticas o hematológicas), inmunodepresión (por VIH/SIDA, quimioterapia, corticoterapia o neoplasias malignas) y gestantes (por tolerancia inmunológica)”.

Asimismo, “como la forma de transmisión del SARS-CoV-2 y el de la influenza es similar por aerosoles y microgotas, las medidas optadas para el COVID-19 son igualmente útiles”.

Así, las medidas preventivas continúan siendo “el uso de la mascarilla, el distanciamiento físico, higiene de manos, evitar aglomeraciones, la vacunación completa contra la COVID-19 como se viene realizando y evidentemente la vacuna contra la influenza”, un virus endémico que siempre muta y cuya vacuna para contrarrestarlo es distinta cada año.