Tras más de un año, la pandemia no ha hecho más que agravarse en Brasil, que con más de 350.000 muertos ya es la segunda nación del mundo con más fallecidos por COVID-19. Esta situación se debe en parte a la propagación de la variante del coronavirus P.1, más contagiosa y resistente. Por si eso fuera poco, nuevas versiones del virus con características preocupantes están surgiendo en este país.
Miguel Nicolelis, reconocido neurocientífico y profesor de la Universidad de Duke (EE. UU.), compara la situación de Brasil con un accidente nuclear.
“Cuando la gente me pide que haga una metáfora, digo que para mí es como Chernóbil o Fukushima, un reactor nuclear, pero uno biológico, que está fuera de control en una reacción en cadena”, explica a BBC Mundo.
Ante la ausencia de medidas estrictas por parte del Gobierno, los contagios han continuado en aumento. Y, mientras el coronavirus se transmite a más personas, desarrolla mutaciones con mayor facilidad, lo que da origen a nuevas variantes. De ahí la comparación con un reactor nuclear biológico fuera de control.
Nicolelis señala: “Literalmente permitimos que este virus esté haciendo estragos por todo el país, que es enorme”, lo cual es “la razón por la que tenemos tantos casos y tantas mutaciones que ocurren simultáneamente en todo el país”.
“Y cuando hay un número alto de mutaciones como las que estamos teniendo, el surgimiento de variantes es lo esperado. Es algo que puedes dar por sentado que va a suceder”, explica.
De acuerdo con el instituto brasileño de salud pública Fiocruz, en ese país se han detectado 92 variantes del coronavirus, incluida la P.1, la P.2 y la identificada en Belo Horizonte: las tres comparten ciertas mutaciones que las hacen más contagiosas o resistentes.
Partículas de SARS-CoV-2 salen de una célula infectada. Foto: CDC
Nicolelis, así como muchos expertos brasileños, considera que el país sudamericano debe entrar en confinamiento nacional. “Sería la única alternativa que realmente tenemos en este momento para intentar bajar drástica y rápidamente el número de casos nuevos y reducir la transmisión del virus”, sostiene.
“Si Brasil no está bajo control, (si hay) cientos de miles de casos todos los días, vamos a tener un depósito de nuevas variantes que pueden surgir y extenderse a América del Sur y a América Latina, y luego al mundo entero en cuestión de semanas”, advierte el profesor.
“Si se permite que tanta gente se infecte todos los días y no se hace nada para controlar esta pandemia aquí, el mundo entero sufrirá las consecuencias”, agrega Nicolelis.
A todo esto se le suma el colapso del sistema de salud brasileño: varios estados con escasez de suministros de oxígeno y sedantes y una alta tasa de ocupación de camas UCI, que llega al 100% en algunas zonas del país.
“El Gobierno brasileño nunca diseñó una estrategia o tomó alguna iniciativa con la intención real de luchar contra la pandemia”, asegura el especialista.