Un estudio reciente realizado en Canadá ha ofrecido nuevos datos sobre la acción que algunas cepas de cannabis podrían tener sobre un tipo específico de malestar inflamatorio, llamado tormenta de citocinas, el cual provoca casos graves y espasmos respiratorios a los pacientes de COVID-19.
En un análisis realizado por investigadores de Pathway Research Inc., la Universidad de Calgary y la Universidad de Lethbridge, los científicos expusieron piel humana artificial a los rayos ultravioleta para provocar una “inflamación inducida”.
Luego, el modelo se trató con siete cepas de cannabis diferentes para seleccionar las que tenían mayor eficacia en la reducción de la inflamación.
El estudio, recogido esta semana por Forbes, encontró que el cannabis puede “domesticar” o reducir la gravedad de uno de los principales estragos del nuevo coronavirus: el síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), la afluencia de citocinas proinflamatorias que también se conoce como la tormenta de citocinas.
“De todas las citocinas, el TNFα y la IL-6 juegan un papel crucial en la patogénesis de la tormenta de citocinas y probablemente sean responsables de la escalada en la gravedad de la enfermedad”, explica la investigación (ver enlace).
En este sentido, la adición de extractos de cannabis al tratamiento ayuda a “frenar la inflamación, prevenir la fibrosis y conducir a la remisión de la enfermedad”.
“Antes de la COVID-19, hemos estudiado el efecto antiinflamatorio de más de 100 cultivares (preseleccionados de casi 800) e identificado un par de docenas con un gran potencial. Incluso hemos presentado varias patentes sobre ellos para su uso con AR, EM, e inflamación intestinal, cutánea y oral“, mencionó el doctor Igor Kovalchuk del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de Lethbridge.
Tres cepas presentaron mayor eficacia en la lucha contra este tipo de malestar inflamatorio. Pero estas no son cepas que puedas comprar en las tiendas, dice Kovalchuck, ya que son “cultivares patentados, creados en nuestro laboratorio, por lo que no existen en ninguna parte y aún no tienen otro nombre”.
Los investigadores concluyen que estos extractos de cannabis “anti-TNFα y anti-IL-6”, también conocidos como antiinflamatorios, pueden ser “adiciones útiles a los regímenes antiinflamatorios actuales para tratar la COVID-19, así como diversas enfermedades y afecciones reumatológicas e inflamatorias, el fundamento inflamatorio del envejecimiento y la fragilidad“.
“Creemos firmemente en los efectos de espectro completo basados en el séquito. Probablemente, hay secundarios (cannabinoides menores) y terpenos que contribuyen, y escribimos en el artículo que uno de esos terpenos podría ser el cariofileno“, agregó Kovalchuck.