Videojuegos

Las tarjetas gráficas para PC fueron un accidente y no se crearon para videojuegos

¿Sabías que la tarjeta gráfica para PC existe solo por una casualidad? Aunque hoy en día hay gráficas integradas, originalmente dicha capacidad venía en forma de tarjeta de expansión.

La tarjeta gráfica para la PC existió en un primer momento solo por una casualidad. Foto: Digital Trends
La tarjeta gráfica para la PC existió en un primer momento solo por una casualidad. Foto: Digital Trends

¿Por qué las tarjetas gráficas existen como un elemento complementario en lugar de ser parte del hardware básico de una PC? Esta es una pregunta que se hacen muchos usuarios de computadoras. La respuesta es que la GPU o acelerador gráfico, como la conocemos hoy en día, existe gracias a una casualidad, y no, no fue debido a los videojuegos.

Allá, a fines de los años 70, durante los primeros días de las computadoras, las tarjetas gráficas no eran necesarias debido a que los monitores solo podían mostrar texto. Sin embargo, pocos años después, cuando los monitores comenzaron a mostrar gráficos, surgieron algunos problemas.

En aquellos años, la RAM era muy costosa, por lo que casi ningún sistema contaba con búfer de imagen, lo que significaba que el sistema de vídeo tenía que acceder a la memoria directamente, para dibujar en la pantalla con el haz de electrones. Esto dejaba muy poco tiempo para que la CPU acceda a la misma RAM, y que pueda así ejecutar el código del programa.

El problema ya era conocido por Steve Wozniak cuando estaba diseñando la primera computadora de Apple (la mítica Apple I) en su garaje con Steve Jobs. Fue allí cuando él mismo dio con una solución. Descubrió que podía usar memoria al doble de velocidad de reloj del procesador central, lo que permitía que un ciclo de reloj se asignara a la CPU y el otro ciclo al sistema de vídeo. En términos prácticas, esto era como doblar la memoria en dos para que la CPU y el sistema de video usaran una parte cada una.

Tenemos que recordar que, en aquellos años, las computadoras personales todavía no habían protagonizado su propia revolución. La mayoría seguía creyendo que tener una PC en casa no tenía sentido alguno, y que estas máquinas solo les servían a grandes corporaciones que compraban aquellos modelos enormes que ocupaban el espacio de toda una habitación. Para Wozniak y Jobs, la idea era crear una computadora que una persona común quisiera usar, y para eso era vital una pantalla, y un modo texto, en el que se pudiera escribir palabras. Gracias a su idea, lograron que su Apple pueda dibujar hasta 40 caracteres por línea de escaneo.

Aun así, esto resultaba muy poco como para trabajar en modo texto. Se requería un hardware de vídeo a 2 MHz, lo que ya rompía el timing entre la CPU y la RAM. La solución de Wozniak no pudo ser otra: usar uno de los ocho puertos de expansión que tenía la Apple I para añadir un dispositivo específicamente hecho para que el modo video permitiera 80 columnas de texto. Este fue el primer antecesor de lo que ahora conocemos como tarjeta de video.

El diseño funcionó a la perfección y la capacidad de mostrar 80 columnas de texto —a diferencia de solo 40— era una forma de diferenciar una computadora, y de si estaba diseñada para usarse en negocios o para correr videojuegos. No existían chips gráficos que hicieran ambas funciones, por lo que los diseñadores de cualquier ordenador de la época debían decidir si dirigirlo hacia el mercado doméstico o al profesional.

Es así como la tarjeta gráfica que conocemos hoy en día se creó como un elemento complementario debido a la limitación de la RAM en los primeros días de las computadoras. Steve Wozniak descubrió una solución ingeniosa para permitir el uso de la memoria para el sistema de vídeo, sin afectar el rendimiento de la CPU. La necesidad de mostrar más de 40 columnas de texto en los monitores llevó a la creación de la primera tarjeta gráfica y, posteriormente, al desarrollo de tarjetas gráficas más avanzadas para satisfacer las necesidades del mercado profesional y de los videojuegos. Una anécdota que nos confirma aún más cuánto le debemos al compañero eterno de Steve Jobs.