Turismo

Salvemos la Montaña de Colores: está corriendo grave peligro

La montaña de colores, Cerro Colorado, Montaña Arco Iris o Vinicunca está en peligro. La razón: la celebridad conseguida en tan poco tiempo está generando un turismo desorganizado, carente de seguridad para los visitantes y disputas entre las comunidades aledañas a este atractivo en Cusco. La minería informal también estaría rondando estos parajes. 

Montaña de 7 colores. Foto: Arturo Bullard
Arturo Bullard

Arturo Bullard/ Revista Rumbos  

Hace alrededor de 7 años, un amigo fotógrafo, me habló de la larga caminata y me mostró imágenes de la hoy famosa y sobre explotada Montaña de Colores en el Cusco. Quedé fascinado con lo que vi, no podía creer que estos paisajes maravillosos estén en el Perú y que nunca antes los había visto ni escuchado.

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Foto: Arturo Bullard 

Pasaron los años y desde abril de este año comencé a encontrar, en las redes sociales, mucha gente que posteaba sobre su futura aventura al Ausangate. Para mi sorpresa, un día después, ya tenían como su perfil de Facebook las fotos de la travesía. Me comencé a preguntar; Como lo hacen? No era que para llegar a este paraíso había que caminar varios días? Veía muchas fotos de la montaña de colores pero, porque no veo entre sus fotos al nevado Ausangate si dicen que van al Ausangate? Hace un par de meses partí, junto a un grupo de amigos y con una empresa de turismo seria y responsable, One Earth, hacía el Ausangate. Nuestra intención era hacer la vuelta de 6 días a la montaña sagrada, considerada como la quinta mas alta del Perú. Parte de la travesía consistía en llegar a la hoy famosa Montaña de Colores. En el momento de partir no sabía bien como era la geografía del lugar, pensaba que la Montaña de Colores estaba al lado o en una ladera del nevado del Ausangate. 

 Luego de partir del pueblo de Pacchanta y caminar dos días por fin se me despejaron mis dudas. Llegamos a un punto donde encontramos una carretera con decenas de buses turísticos, varios módulos de comida y baños portátiles. Era el lugar donde se inicia la caminata de un solo día hasta la famosa Montaña de Colores, también conocida como Cerro Colorado, Montaña Arco Iris o Vinicunca (nombre en quechua). En ese instante comprendí el porque muchos viajeros, casi a la velocidad del rayo, iban y regresaban, en un solo día al “Ausangate”, pero, ¿cuál es la gran verdad? la verdad es que nunca llegaron al Ausangate. El Cerro Vinicunca no se encuentra en el Ausangate, está dos quebradas mas allá. Si bien se llega ver desde este punto , la realidad es que para llegar al pie del “Apu Sagrado” tenemos que caminar alrededor de 20 km y pasar dos abras o cruces de cordillera sobre los 5000 mts de altura. En conclusión nos tuvimos que desviar un día y medio, a pie, para llegar a la colorida montaña. 

Un Paraíso Natural

La Montaña de Colores es un lugar espectacular, como si fuese sacado de otro planeta. Se encuentra en la cordillera del Vilcanota y su llamativa coloración natural se debe a la presencia de piedras y minerales sedimentados gracias a la erosión del viento y el agua. Ocres, rojos, blancos, amarillos, verdes y morados forman un abanico cromático que hacen de la Montaña de Colores un lugar único en el mundo. Pero, porque se tardó tanto tiempo en ser descubierta por el turismo? Según lo que me comentaron unos comuneros de la zona, esta parte de la cordillera estuvo cubierta por glaciares durante milenios. Al parecer, el calentamiento global y la desaparición de las nieves perpetuas, hicieron que este espectáculo de colores vea la luz y que hoy en día, los que llegamos a sus pies, podamos disfrutar de su belleza. 

Turismo Responsable: Salvemos Vinicunca

Foto: Arturo BullardEn los últimos meses la afluencia de público a la Montaña de Colores se ha incrementado considerablemente. Casi todas las agencias de la ciudad del Cusco ofrecen tours de un día. Salen a las 3 am de la ciudad imperial, comienzan la caminata desde Ocefina (Chillca) a las 6 am, trepan 8 duros kilómetros hasta los 5000 msnm y luego bajan por el mismo camino para llegar la Cuzco alrededor de las 9 o 10 pm. Los visitantes no van con un guía, solo se les dice que sigan el camino. Ni siquiera les dan una hora de regreso, en conclusión el mensaje es: “Suban como puedan y bajen cuando quieran” Cuando preguntas en las agencias por la exigencia de la ruta, muchas de ellas te dicen que no es muy dura, cosa que no es cierta. Lógicamente no te dicen la verdad para que le compres el tour a ellos y no a la competencia. Además venden el lugar con fotos sobre saturadas , lo que la hacen ver falsa y distan mucho del color real de la montaña. Si a la empinada pendiente le sumas las pocas horas dormidas y la altitud en que se encuentra, la subida se puede volver un verdadero “calvario”. No hay ningún control de salud y las empresas de turismo, en su mayoría, no están capacitadas para alguna emergencia médica. Andar a esa altitud, sin la debida preparación física y mental, puede afectar seriamente la salud. Por otro lado el “boom” de la Montaña de Colores ha generado que lleguen, sin ningún control (solo el pago de una entrada a la comunidad) mas de 500 personas al día, cifra que se va incrementando mes a mes. Hace dos semanas, viendo las fotos de una amiga en la mencionada montaña, encuentro, sobre la falda de la montaña, una pinta, con tiza blanca dice CUSIPATA.

¿Quién lo escribió? Al parecer hay una disputa entre dos comunidades por el cobro a los turistas por el acceso a la Montaña de Colores. Pitumarca es quien la controla y Cusipata quien reclaman una “porción de la torta”. Es por ello que la segunda comunidad se dio la “licencia”de escribir su nombre, “Marcando Territorio”, en plena montaña. Que nos espera si la misma comunidad que reclama derechos sobre el manejo de la Montaña de Colores es quién la ensucia y altera el paisaje? Está claro que el poco control, la gran afluencia de público y la poca regulación sobre las empresas de turismo que ofrecen este tour están afectando esta montaña y su  entorno. El día que estuve en la Montaña de Colores encontré botellas de plástico y envolturas en el camino, además, al pie del lado izquierdo habían unas mallas de protección. Cuando pregunté el porque de estas mallas, las que alteran considerablemente el paisaje, la gente de la comunidad me contestó que era para evitar la minería informal, que ya habían encontrado algunas excavaciones. Al parecer estas lacras de la sociedad, que no hacen más que depredar y contaminar nuestros recursos naturales, ya le pusieron el ojo a esta maravilla cusqueña. Tuve la suerte de llegar muy temprano y de contemplar, solo junto a mis compañeros de viaje,  la Montaña de Colores, pues pasamos la noche a solo hora y media del lugar. Luego de disfrutar del paisaje por mas de 3 horas y continuar con mi vuelta al Ausangate, a lo lejos divisé los primeros mártires y guerreros de los “one day tour” haciendo su mayor esfuerzo para llegar a la montaña.  

 Foto: Arturo Bullard  Es responsabilidad de la comunidad de Pitumarca, del AATC (Asociación de Agencias de Turismo del Cusco), del Gobierno Regional del Cusco, del MINCETUR y de todas las entidades competentes tomar cartas en el asunto. . Hay que imponer reglas, controlar el número de visitantes y evitar que algunas empresas de turismo “irresponsable” hagan lo que les venga en gana. Es responsabilidad de la comunidad de Pitumarca, del AATC (Asociación de Agencias de Turismo del Cusco), del Gobierno Regional del Cusco, del MINCETUR, SERNANP y de todas las entidades competentes tomar cartas en el asunto. Deben exigirles a sus clientes no botar basura y el cuidado del lugar, además de informarles que deben estar en buen estado físico, estar descansados y haber comido ligero antes de afrontar la dura ruta hacia la Montaña de Colores. Exijamos respeto y profesionalidad cuando tomemos un tour a la montaña. Hagamos que este paraíso cusqueño perdure en el tiempo para que lo disfruten nuestros hijos y los hijos de los hijos, de los hijos de nuestros hijos!!! La única manera de salvar la Montaña de Colores es que se declararse como un Area Natural Protegida Nacional , está en nosotros y el las identidades gubernamentales poner manos a la obra.

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