Selección de declaraciones, entrevistas y reflexiones del escritor portugués. Libro del recordado escritor portugués José Saramago muestra su visión del mundo. Madrid. EFE. José Saramago nunca se desvinculó de los problemas del mundo, se involucraba directamente en ellos, como demostraba en sus intervenciones públicas y en entrevistas. Ahora, parte de esas reflexiones aparecen reunidas en un libro como la visión del mundo del gran escritor portugués. José Saramago en sus palabras es el título de este libro, cuya presentación reunió ayer en el Círculo de Bellas Artes a su viuda Pilar del Río, al ensayista y poeta Fernando Gómez Aguilera, responsable de la selección de textos, y a Pilar Reyes, directora de Alfaguara. El libro ya se vende en Brasil, sale estos días en Portugal y llegará pronto a Estados Unidos. La edición contiene declaraciones que han aparecido en la prensa internacional desde los años setenta hasta marzo del 2009. En más de 500 páginas el lector encontrará las ideas de Saramago sobre temas como el deterioro de la democracia, las desigualdades sociales, el atropello de los derechos humanos, la religión, la muerte, su concepción de la literatura, etc. “Son máximas, latigazos verbales, que iluminan al que los lee”, decía Gómez Aguilera, para quien el propósito de este libro es ofrecer el discurso “de una mente brillante, ágil, mordaz, que estuvo siempre acoplada a la realidad de su tiempo”. Y es que Saramago desempeñó su oficio “con la profesionalidad de un operario, la entrega de un militante político, la implicación de un ciudadano consciente y la finura de un escritor”. Y asumió siempre como propia “la función crítica del intelectual”. “Siempre digo lo que pienso. Nadie podrá decir nunca que le he engañado”, aunque “parece que la honestidad no se usa mucho en los tiempos actuales”. Estas palabras del gran novelista portugués, recogidas al principio del libro, resumen la actitud que mantuvo a lo largo de su vida. La viuda de Saramago aseguró que la Fundación que lleva el nombre del escritor defenderá “con uñas y dientes el legado del novelista” y sumará “todas las voluntades” que pueda para difundir su obra y su pensamiento. Saramago trabajó en los últimos meses de su vida en una nueva novela sobre la industria del armamento. Esa novela se iba a titular “Alabardas, alabardas, espingardas, espingardas”, un verso del gran poeta y dramaturgo Gil Vicente, y comienza con una bomba que cayó en Extremadura, en la Guerra Civil española, y que no llegó a explotar. A pesar de dejar este proyecto inconcluso, Saramago sigue viviendo en el resto de su obra. Crítico. El recordado y laureado escritor portugués siempre fue muy crítico de las tendencias dogmáticas. Su viuda recordó que solía decir que “a los derechos humanos les faltaban dos derechos: el derecho a la disidencia y el derecho a la herejía”.