Guerra de mafias. Sicarios ya mataron a cuatro por incautación de 2 toneladas de cocaína. La última víctima es Gino Tello Otiniano, quien apareció muerto con un disparo en el cráneo en su departamento de San Miguel. Doris Aguirre. ¿Qué tienen en común los asesinatos de Gloria Untiveros García, Sebastián Díaz Cuadros, Abraham Llanos Luperdi y Gino Tello Otiniano, ocurridos el 17 de setiembre del 2008, el 2 de marzo del 2009, el 4 de setiembre del mismo año y el 22 de abril de este año, respectivamente? Todos pertenecían a una organización de narcotraficantes encabezada por Numa Soto Sánchez. El 29 de marzo del 2008, la policía antidrogas ingresó a una vivienda en la Urbanización Santa Patricia, en La Molina, donde se descubrió dos toneladas de cocaína pura que estaba lista para ser exportada hacia México. El dueño del alijo era el cartel de Tijuana. La poderosa mafia azteca no perdonó a la banda de Pompilio Soto haber perdido una millonaria inversión en droga. Además, la policía había descubierto la mercancía debido a una delación. Todo indicaba que un integrante del grupo de Soto había sido el autor del soplo. En busca del autor o autores, el cartel mexicano ordenó el crimen de los probables delatores. El mismo patrón La primera víctima fue Gloria Untiveros García, asesinada de seis balazos en la Urbanización San Antonio, en Carabayllo, por dos tipos que se desplazaban en una motocicleta. ¿Qué vínculo tenía esta mujer de 41 años con la organización de Pompilio Soto? Untiveros era la vigilante de la vivienda donde se ocultaba la cocaína, además era cuñada de Jorge López Quispe, conocido como “Papitas”, el acopiador y proveedor de droga de la banda de Numa Soto. Los mexicanos creen que ella dio aviso a la policía porque pocos días antes de la incautación abandonó la vivienda de La Molina. Gloria Untiveros tenía antecedentes: el 17 de febrero del 2004 fue detenida en Comas junto con su cuñado “Papitas” con 168 kilos de cocaína. En el caso de Sebastián Díaz Cuadros, de 53 años, su cuerpo fue encontrado maniatado, con signos de tortura y con el rostro cubierto con cintas de embalaje, en un islote del río Lurín. Huanuqueño de nacimiento, Díaz era quien se aseguraba de que los productores de droga del Alto Huallaga cumplieran con despachar la mercancía a Lima. La policía pudo identificar y detener al autor del homicidio, el colombiano Jorge Villegas Velásquez, un sicario al servicio del cartel de Tijuana. Sebastián Díaz también contaba con antecedentes. En el 2001, cumplió condena en el penal de Lurigancho por narcotráfico. La policía sostiene que lo ejecutaron porque se habría apropiado de 90 kilos de cocaína de la mafia mexicana. Respecto a Abraham Llanos Luperdi, de 25 años, eliminado a balazos en una juguería de Miraflores, “La Gran Fruta”, su función en la organización de Numa Soto era la de “cajero”. Llanos era amigo de los hermanos Gino y Gary Tello Otiniano, encargados de contratar los vehículos para el transporte de la droga. Los asesinos de Abraham Llanos son César Rondón Coello y sus hijos César y Manuel Rondón Olcese. Una vez que la policía capturó las dos toneladas de droga, el “cajero” Abraham Llanos aprovechó para quedarse con 250 mil dólares. Por eso el cartel de Tijuana ordenó su muerte. Al investigar el crimen de Abraham Llanos, la policía determinó que este frecuentaba a los hermanos Gino y Gary Tello Otiniano, quienes, como él, vivían en La Victoria. Los agentes concluyeron que Gino y Gary también eran integrantes de la organización de Pompilio Soto. Los Tello habían sido filmados cuando frecuentaban la vivienda de La Molina donde se acumularon las dos toneladas de droga. Todos están con miedo Gary y Soto se encargaban del acondicionamiento y transporte de la cocaína, pero consiguieron evadirse de la justicia. Hasta que el 19 de abril, la vedette Maribel Velarde protagonizó un choque. La policía filmó el incidente y pudo captar que el acompañante de Velarde era Gino Tello Otiniano, el prófugo de la banda de Pompilio Soto. Gino Tello fue registrado en un video porque inteligencia de la policía antidrogas le seguía los pasos. Tres días después de aparecer como una sombra de Maribel Velarde, el cuerpo sin vida de Gino Tello apareció en un departamento de San Miguel. La escena que encontró la policía daba a entender que se había suicidado con un balazo en la sien derecha. Pero todos los indicios señalan que se trataría de una simulación y que habría sido víctima de la ejecución del sicariato a sueldo del cartel de Tijuana. La esposa de la víctima, Rosa González Escoto, dijo que estaba separada de Tello pero consideraba que no había motivos para que este decidiera autoeliminarse. Quizás la mafia azteca que opera en el Perú sí tenía una razón para ordenar su muerte. Claves Sueltos. En total han sido capturados siete miembros de la banda de Numa Soto Sánchez. La policía ha identificado a otros cuatro integrantes más que se encuentran prófugos. Citada. La vedette Maribel Velarde ha sido requisitoriada por la policía para aclarar su relación con Gino Tello Otiniano. No es la primera vez que la relacionan con el crimen. Velarde fue pareja de José Quispe Huamán, conocido por el hampa como “Shakira”. Pompilio y Papitas tienen miedo El 2 de diciembre del 2009, un año y tres meses después de que la policía antidrogas decomisó las dos toneladas de droga que pensaba despachar, Pompilio Soto Sánchez cayó detenido en el hotel “El Trébol”, en Lince. Soto había sido filmado ingresando y saliendo de la casa de La Molina donde se ocultaba la cocaína que estaba lista para ser enviada a México. Sin embargo, Soto escapó del cerco policial. Está preso en el penal Sarita Colonia, donde espera condena. A raíz de los asesinatos de miembros de su organización, Pompilio Soto se ha rodeado de un equipo de reclusos que le ofrecen seguridad ante cualquier eventual atentado contra su vida. Jorge López Quispe, “Papitas”, el acopiador y proveedor de droga de Pompilio Soto, fue detenido el 1º de diciembre del 2009, un día antes que Soto. Lo detuvieron en la plaza de armas de Sivia, en el valle de los ríos Apurimac y Ene. “Papitas”, preso en Canto Grande, teme también por su vida. Numa Soto Sánchez es familiar de Max Caller Valdez, narcotraficante que cayó con 144 kilos de droga, ex empleado del Congreso que trabajó para la legisladora Nancy Obregón. Deborah Soto Guzmán, prima de Numa Soto, es conviviente de Caller.