La inesperada muerte de los tres integrantes de la orquesta "Los Caribeños" de Guadalupe cayó como un balde de agua fría. Su trágico deceso todavía se deja sentir en los corazones de quienes admiraron la música de los hijos predilectos de esta localidad liberteña. Para Elizabeth Gamboa de Fernández (50), esposa del promotor del grupo, Teófilo Fernández Anhuamán (56), la muerte de su cónyuge es la prueba más dolorosa que le ha tocado vivir, pues nunca imaginó que partiría de este mundo cuando tenía más ganas de vivir. Los restos del manager llegaron la noche del viernes a Trujillo y ayer recibieron cristiana sepultura en el cementerio Parque Eterno. Desde hace 25 años don Teófilo estuvo involucrado en el mundo de la música. Sus hijos Cecilia, Magaly, Michell y Karina se encuentran afligidos. IRREPARABLE PÉRDIDA Desde hace 38 años el trompetista Angel Francisco Calderón Pairazamán (57) se había dedicado a la música, integrando diversos grupos de la provincia de Pacasmayo, como las orquestas de "Felipe Falla" y de los "Hermanos Arias". Su inclinación por este arte nació cuando estudiaba en el colegio José Andrés Rázuri de San Pedro de Lloc. El dolor intenso por esta irreparable pérdida lo padecen ahora su esposa Gladys Chirinos Yengle, y sus hijos Henry, Francisco, Freddy y Rodolfo, quien también es trompetista de la orquesta Los Caribeños y que resultó herido en el fatal accidente. En tanto, los restos del vocalista del grupo, Edwin Alcántara Limay (21), recién serán sepultados hoy, en horas de la mañana en el cementerio de Casa Grande.