Chosica: asesinato de hombre apunta a un ajuste de cuentas entre mafias extranjeras
Policía halló el cuerpo del ciudadano José Rodríguez Reina a la altura del primer mirador de la carretera Ramiro Prialé, en Huachipa. Asesinos usaron proyectiles calibre 380.
Pensaron que era una persona ebria que dormía y lo encontraron con 13 balazos en distintas partes del cuerpo. El ciudadano venezolano José Juvenal Rodríguez Reina fue asesinado esta mañana en Huachipa y la principal hipótesis de la División de Homicidios apunta a un crimen por encargo o ajuste de cuentas.
"Fueron a ejecutarlo, no le robaron nada", afirmó un agente de esa unidad. “No hay duda. Se trató de un ataque mafioso. No creo que ninguna persona que mande a matar a alguien tenga otro calificativo que mafioso", agregó.
A las 8.10 de la mañana, personal de la comisaría del sector comunicó el hallazgo del cuerpo que se encontraba en el primer mirador, hito 25, de la carretera Ramiro Prialé, distrito de Lurigancho-Chosica.
De inmediato, una brigada especializada y peritos técnicos llegaron hasta el lugar donde fue encontrado el cadáver para efectuar los primeros análisis y estudios. La víctima fue acribillada en el lugar. Tenía ocho heridas de bala en la cabeza, una en el cuello, otra en el hombro izquierdo y tres más en el antebrazo izquierdo.
Cerca del cadáver, los investigadores encontraron 12 casquillos calibre 380 Auto, los mismos que fueron levantados para la pericia balística y homologación. La doctora Beatriz Vásquez Saico, de la Primera Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Santa Anita, tercer despacho, dispuso que personal de Homicidios internara el cuerpo en la Morgue Central y que asumiera las investigaciones.
La víctima registra una denuncia por pérdida de cédula de identidad y una licencia de conducir de Venezuela en el 2018. Grupos foráneos de Venezuela, Ecuador y Colombia se vienen disputando el control de territorios en diversos distritos de Lima Metropolitana, asegura el coronel Víctor Revoredo, jefe de la División de Homicidios.
En realidad, el negocio de la extorsión, cobro de cupos y la explotación sexual está en manos de bandas extranjeras que, en muchos casos, actúan con gran impunidad. Sin embargo, apuntar a los inmigrantes sin entender que el fenómeno es un delito organizado solo sirve para estigmatizar a los miles de extranjeros que viven en Perú. El delito de estas bandas va cambiando: a esas actividades delictivas se suman ahora el tráfico ilícito de drogas y la minería ilegal.