Dueño de chifa permanece ya 11 días escondido por temor a represalias

Desde hace 11 días, la vida del empresario Ney Chávez Santillán ha cambiado drásticamente. El pasado miércoles 24 de mayo, abatió a un ladrón al defender a su esposa y menor hijo cuando su chifa estaba siendo asaltado en Villa El Salvador. Tras ello, él fue detenido, sus vecinos protestaron por su encierro y finalmente salió en libertad. Pero ya nada es igual.

Desde su salida, el dueño del chifa Lin Ping ha tenido que esconderse por temor a las represalias. “Nunca fue mi intención quitarle la vida a alguien. Solo actué en defensa y protección de mi familia, de mi hijo, de mi señora y de mí mismo porque estaban siendo amenazados de muerte”, señaló en un video.

Contó que ha tenido que retirarse de su casa, de su trabajo y que ya no puede trabajar, por lo que pidió archivar su caso a  la Primera Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Villa El Salvador, la cual le abrió una investigación preliminar.

“Yo no soy el delincuente, yo soy la víctima. No estoy trabajando, mi única fuente de ingresos está cerrada, tengo deudas, tengo que mantener a mi familia, el colegio de mi niño”, resaltó tras agregar que ha decidido traspasar su negocio por miedo.

Y es que Chávez Santillán señaló que su local ya había sido asaltado antes y que, incluso, fue víctima de extorsión, pero —según dijo— la policía no tomó medidas ante su denuncia.

Eso fue corroborado por sus vecinos de la cuadra 16 de la avenida Micaela Bastidas, quienes mostraron las llamadas y los videos extorsivos que recibía hace seis meses. “La defensa propia es un derecho”, dijeron mostrando carteles. “Ha defendido la vida de su familia”.

El dueño del chifa fue imputado por la fiscal Deisy Zamora Zelada por el presunto delito de homicidio, pero ella no dispuso ninguna medida restrictiva contra él, pues no existe riesgo procesal ni tampoco él cuenta con antecedentes penales.

Por eso ordenó variar su situación jurídica de detenido a citado. Ahora, lidera una investigación preliminar por 60 días para determinar si hubo exceso en la legítima defensa.

El informe de autopsia practicada al cadáver de Gianfranco Espinoza Quispe, el ladrón abatido, reveló que uno de los disparos fue de necesidad mortal.

Pero ¿qué debe pasar con Ney Chávez Santillán?

Situación legal

Para el juez Víctor Alcocer Acosta, del Noveno Juzgado de la Corte Superior Nacional, la legítima defensa es un derecho que tienen todos los peruanos frente a una agresión, como un robo o un acto violento para cuidar su vida, así como la de un tercero.

Sin embargo, dijo que esta legítima defensa debe ser racional; es decir, la persona no puede ser quien inició la agresión.

En caso de que el agresor no tenga ningún tipo de arma, pero la víctima desconoce ello y usa la suya en su defensa, el juez manifestó que esta acción también es considerada una legítima defensa.

El abogado penalista Branko Yvancovich consideró que en el caso de Chávez sí hubo legítima defensa perfecta, pues el ladrón buscó crear la apariencia de que estaba armado.  “Él creyó  que se encontraba armado porque el encapuchado tenía la mano en el bolsillo haciendo el ademán de un arma; además, su esposa e hijo estaban en el suelo, por lo que el uso del arma está justificado por ser razonable”, dijo.

La abogada penalista Romy Chang coincide en que hubo una legítima defensa y la prueba es el video de la cámara de seguridad del chifa. “En estos casos realmente no debería siquiera abrirse una investigación, porque no tiene sentido, además de que el resultado siempre va a ser el archivo, la absolución. El Poder Judicial no debería aceptar un caso así porque no hay delito”.

Luis Miguel Llanos pasó por un caso similar

Un caso similar al de Ney Chávez lo vivió, en diciembre del 2011, el empresario Luis Miguel Llanos al matar a dos ladrones que pretendieron asaltar a su enamorada y a él en Miraflores.

El 25º Juzgado Penal de Lima resolvió no abrirle proceso. La titular de dicho juzgado, Fernanda Ayasta, concluyó que la conducta de Llanos Carrillo se produjo en circunstancias de “una perfecta legítima defensa” de él y de su pareja, quienes fueron abordados por cuatro delincuentes.

También se estimó que la agresión de los asaltantes no fue provocada por Llanos, “existiendo una necesidad racional del medio empleado para repeler el ataque, pues en la situación era la única forma en que podía defenderse”.

El empresario José Medina Peréz también fue liberado tras matar en Comas a un hampón en el 2016. Lo hizo en defensa propia.