La vuelta del vía crucis después de la pandemia
Semana santa. En varias ciudades del sur se escenificó la vida y muerte de Cristo. Cientos de fieles se congregaron a participar de estos rituales que se cancelaron con la aparición del COVID-19.
Cerca de tres mil personas asistieron a la escenificación de la vida, pasión y muerte de Jesucristo, que se realizó en el distrito de Paucarpata (Arequipa). La representación volvió a realizarse tras la pandemia de COVID-19, siendo su última puesta en escena el 2019.
La dramatización recayó en los integrantes de la parroquia de Santa Ana (Paucarpata). Duró casi cinco horas de actuación. Son en total 57 escenas, que inician con el bautismo de Jesús hasta la muerte del mesías en el monte Calvario.
Este año, el papel de Jesús estuvo a cargo del actor Javier Díaz Torres de 33 años, quien ensayó cerca de mes y medio para la interpretación.
El Vía Crucis en Paucarpata se realizó en medio de una tarde soleada. Eso implicó una cuota de sacrificio extra para los actores, que tuvieron que soportar cinco horas a la intemperie. En un inicio se preveía que sería un día lluvioso.
Milagros. Jesús revive a Lázaro, uno de sus amigos. Foto: Rodrigo Talavera/La República.
Los parajes del Vía Crucis son lugares representativos del pueblo tradicional: el bautizo de Jesús y su tentación en el desierto fue en el antiguo cementerio. La oración del Huerto de Los Olivos, en la andenería preinca catalogada como Patrimonio Cultural de la Nación. Mientras que el palacio de Poncio Pilatos se escenificó en el patio del templo de Santa Ana.
La crucifixión se desarrolló en una pequeña colina adyacente al pueblo tradicional, circundada también por campos de cultivo. En esta última escena predominó el desorden. Desde la organización se comprometieron a subsanarlo para el año entrante.
Al final, el párroco de Santa Ana, Alberto Condori, recordó que tras la pandemia de COVID-19, muchas personas se acercaron o renovaron su fe en Jesús.
Última cena. Jesús se despide de sus doce apóstoles. Foto: Rodrigo Talavera/La República.
Vía Crucis en la frontera
En Tacna también hubo representación de la pasión y muerte de Cristo. La parroquia Espíritu Santo se encargó de la organización.
El bachiller en ingeniería industrial, Franco Cusicanqui Cáceres (24), interpretó a Jesús y una comunicadora social, Milkia Bravo Mondoñedo (37) dió vida a María.Participaron alrededor de 50 personas entre jóvenes y adultos.
Franco interpretó a un soldado romano en un anterior Vía Crucis. En esta ocasión para el actor las escenas más difíciles fueron los azotes y torturas de los soldados.
Semana Santa en Tacna. Foto: Liz Ferrer/La República.
"Fue emocionante ver a tanta gente aquí, creyentes y no creyentes. El Vía Crucis es una forma de evangelizar, y todos alguna vez hemos sentido eso en el corazón, creo que es una forma en que Cristo llega al corazón", dijo.
Por su parte, Milkia realizó el papel de María por primera vez en el 2003, cumpliendo, desde esa fecha, innumerables veces con esa labor. Sus lágrimas y ruegos como María durante el recorrido conmovieron al público y avivaron la fe de muchos.
"Lo más difícil del papel es contener las ganas de no intervenir y evitar que sigan lastimando a alguien (Jesús) que quieres (…) la capacidad de amar y entregarnos está en todos, en mujeres que son madres y quienes no lo son", contó la actriz.