¡Sin prejuicios! Tiene 65 años, 1,45 m de talla, ocho hijos y es la reina del parchado de llantas
Mercedes Villanueva, valiente y orgullosa cajamarquina nacida en la provincia de San Pablo, atiende hace 21 años a decenas de choferes en la Flor del Cumbe.
"¡Ahí está Meche!", me advierte un taxista. La busco con la mirada y veo una dama arrodillada, en plena faena y bajo un intenso sol de carnaval, girando con firmeza la llave para ajustar una llanta que acaba de cambiar.
Me acomodo al lado del auto blanco que yace suspendido por una gata hidráulica. La charla es breve y al paso. Ella no tiene tiempo que perder.
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La saludo y, pese al cansancio, me responde gentil con su sonrisa adornada por dos dientes que brillan al igual que ella. "Aquí no solo se parchan llantas. También se cambian neumáticos y se soluciona cualquier desperfecto al instante y por poco precio", resalta María Mercedes Villanueva Terán (65).
Estamos en el cruce de San Miguel con Evitamiento, en la urbanización Zarita, Cajamarca. Es costumbre ver aquí una hilera de autos, motos y mototaxis. Todos a la espera de esta mujer de 1,45 metros de talla que sabe más sobre mecánica que muchos hombres.
"Mi hijo tuvo una llantería y ahí aprendí. Yo cobro lo justo, por eso la gente no me deja, sino no tuviéramos clientes. El negocio de allá no tiene porque el parche #1 cobra 25 soles y nosotros, 15; el #2, 25; el #3, 35; y el #4, 45".
La historia de esta madre de ocho hijos es una lección de coraje, perseverancia y determinación. Nació en San Pablo, zona de chacras, donde aprendió el valor del trabajo.
"La mujer puede todo. La mujer hace con sus manos, el hombre también hace con sus manos", reflexiona.
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Según el INEI, del total de las mujeres que trabajan en el Perú, el 37.3% son independientes, es decir, son creadoras de su empleo. Meche es una de ellas. "Yo soy del campo, no de acá (la ciudad)".
Este es el valor de la mujer cajamarquina, de la mujer peruana y de todas las mujeres que luchan cada día por un mundo más justo e igualitario.