Obra de más de S/ 2 millones tiene deficiencias que afectan vida útil de alcantarillado
Chiclayo. La Contraloría, a través del megaoperativo anticorrupción, alertó sobre los riesgos en los trabajos que ejecuta Epsel.
La Contraloría General de la República identificó deficiencias que afectan la calidad y vida útil de la obra de renovación de los colectores secundarios y conexiones domiciliarias de alcantarillado en la ciudad de Chiclayo, la cual tiene una inversión de S/ 2 149 929.
En el marco del megaoperativo anticorrupción, el ente de control alertó sobre riesgos en los trabajos que realiza la Entidad Prestadora de Servicios de Saneamiento de Lambayeque (Epsel) en 11 cuadras de las avenidas José Quiñones y Oriente, calle 7 de Enero y pasaje Imelda López.
La meta de esta obra es instalar 1.670 metros lineales de tuberías PVC, construir 34 buzones e instalar 242 conexiones domiciliarias de alcantarillado.
Hechos adversos
De acuerdo al Informe n.º 002-2022, se identificaron partidas ejecutadas que no cumplen con las especificaciones técnicas. Por ejemplo, deficiencias en la compactación del suelo de las zanjas y en el tapado de la tubería con agregados cuyo tamaño supera lo consignado en el expediente técnico.
El equipo de control evidenció la ausencia de especialistas de calidad y gestión ambiental propuestos por el contratista, lo que afectaría la correcta ejecución y calidad de la obra.
Los técnicos de la Contraloría supervisaron la obra. Foto: Contraloría
El documento también señaló que el supervisor y Epsel S.A. aprobaron la valorización de la obra n.º 1, que comprende trabajos mayores a los ejecutados entre el 19 y el 30 de noviembre de 2021, valuados en S/ 21.235.
Asimismo, en los sectores de la Avenida Quiñones y Avenida Oriente se incluyó metrados superiores a los realmente realizados en las partidas pruebas hidráulicas y empalme a buzón.
Además, se advirtió que el supervisor otorgó conformidad a la valorización n.º 3, lo que generó un exceso de S/ 28 052.
Redes con antigüedad de 50 años
En ese contexto, la entidad precisó que los colectores de las avenidas Quiñones y Oriente tienen una antigüedad mayor a 40 años. En tanto, en 7 de enero son de más de 70 y, en el pasaje Imelda López, los colectores superan los 50 años.
En estos sectores son recurrentes los múltiples atoros, colapsos y disminución de la capacidad de las tuberías debido a que se encuentran corroídas, lo cual empeoró con el aumento poblacional y el incremento de descargas a los desagües.