Sociedad

Comunidad de Nuevo Mundo, en La Convención, se mantiene libre de COVID-19

Lo ha logrado con el estricto control de su territorio y la prohibición del ingreso de mercaderías, pero teme que la pandemia la encuentre con su posta médica totalmente desabastecida y sin un médico.

Foto de La Convención. Crédito: Archivo del diario La República.
Foto de La Convención. Crédito: Archivo del diario La República.

Nuevo Mundo, comunidad matsiguenga ubicada en el distrito de Megatoni, provincia cusqueña de La Convención, y vecina de la empresa Repsol, ha conseguido que la COVID-19 no entre en sus dominios hasta el momento.

El presidente del Comité de Autodefensa, Raúl Vílchez, cuenta que cuando el gobierno decretó la emergencia sanitaria Nuevo Mundo se organizó inmediatamente con su presidente Wilson Ríos a la cabeza. La primera orden fue que nadie salga ni entre a la comunidad. Incluso, retiraron a los comuneros que estaban trabajando en Repsol para evitar que sean contagiados por el personal foráneo que labora en dicha compañía energética. Ellos aún no vuelven a la empresa.

Asimismo, refiere que tienen instaladas dos garitas de control. Una en el lugar que colinda con la comunidad Nueva Vida y otra en la zona que limita con Kirigueti. Dentro de la comunidad también se hace control a cargo de grupos de seguridad ciudadana.

El dirigente dice que por ahora todos están bien, no hay ningún infectado, pero manifiesta que tienen mucho miedo, porque si ocurriera un caso de COVID-19 los va encontrar sin ningún auxilio.

“La posta médica que tenemos no está implementada, no hay médico, solo enfermeras y una obstetra. No sabemos lo que ocurrirá si la pandemia llega a la comunidad. Nos preocupa mucho esto, no estamos preparados”, lamenta.

Indica que de producirse el brote del virus tendrían que ir a Sepahua o Atalaya “que están un poquito más implementados”. El problema es que a Sepahua hay que ir en lancha o chalupa por el río Urubamba en un viaje que tarda dos horas.

Hace veinte días han empezado a volver a Nuevo Mundo los comuneros que estuvieron varados en Quillabamba. La condición fue que antes de salir cumplan con hacer la cuarentena y al llegar a la comunidad también se mantengan en aislamiento por dos semanas en el amplio local que los pobladores construyeron para el efecto al otro lado del río Urubamba. Hace cinco días el grupo se han integrado a Nuevo Mundo.

También, recién están permitiendo el ingreso de mercadería. Cada quince días llegan productos de primera necesidad desde Atalaya y Sepahua. Los víveres son traídos en botes grandes que permanecen acoderados por tres días. Al concluir el tiempo desinfectan los productos y se entregan a los comuneros que tienen pequeñas tiendas.

“Seguimos controlando todo esto. Lo único que nos preocupa es que nuestra posta no está implementada. Posiblemente vamos a tener que exigir más a nuestras autoridades para tener todo lo necesario no solo por la pandemia sino en cualquier enfermedad que se presente. Ya debemos tener una buena atención”, anota el presidente de Autodefensa de Nuevo Mundo, Raúl Vílchez.