Ausangate provee agua a casi 500 mil cusqueños
Ecosistema. Hábitat de un centenar de especies de aves, mamíferos y anfibios ahora es área de conservación regional.
José Víctor Salcedo
La creación del Área de Conservación Regional (ACR) Ausangate reconoce la importancia de este ecosistema para la vida en el Cusco. La reserva abarca 66 mil hectáreas donde hay fuentes de agua y es el hábitat de 77 especies de aves, 25 de mamíferos y seis de anfibios, en las alturas de los distritos de Ocongate, Pitumarca y Checacupe, en las provincias de Quispicanchi y Canchis. Inicialmente la propuesta abarcaba 72 mil 534 hectáreas. Ayer se publicó el decreto que concreta el área de conservación, después de más de diez años de trabajo y gestiones.
El valor del Ausangate recae en sus paisajes y fuentes hídricas que proveen agua a las comunidades y pueblos cusqueños, y a la Central Hidroeléctrica de Machupicchu, que brinda energía eléctrica para miles de familias.
Quelccaya y Sibinacocha
El área de conservación está conformada por siete nevados de la cordillera del Vilcanota: Cayangate, Tacusiri, Surimani, Qolpacunca, Chimboya, Chumpi y Ambroca. El más importante es el glaciar Quelccaya, situado a 5 600 metros de altitud, considerado el más extenso del mundo y uno de los dos únicos glaciares planos en la zona tropical. Con sus 44 km2 de masa de hielo, concentra casi el 20% de toda la capa glaciar de la Cordillera Vilcanota. Pero el calentamiento global empezó a derretir al gigante, y una eventual luz verde a la explotación minera aceleraría el deshielo.
Asimismo, en la comunidad campesina de Phinaya yace la laguna Sibinacocha, la segunda más grande del Cusco después de Langui-Layo de Canas. Es un inmenso depósito de agua dulce que surte de agua al río Vilcanota, que a su vez provee de agua potable al 53% de la población de la provincia del Cusco, más de 427 mil habitantes. Su capacidad de almacenamiento llega a 110 millones de metros cúbicos de agua (m3/agua). Sibinacocha está casi en el centro de una extensa red de lagunas de menor tamaño, además de bofedales que son otra fuente de agua.
La duda
Sin embargo, el decreto que aprueba el ACR Ausangate deja una duda. No prohíbe expresamente la actividad minera en la zona, pese a que esta, según varios expertos, aceleraría la desglaciación de nevados, contaminaría bofedales y humedales. En el artículo 4 del decreto, por ejemplo, precisa que los derechos de propiedad y otros derechos adquiridos con anterioridad al establecimiento del ACR no son afectados. Y en el quinto artículo señala que la creación del ACR “no limita la ejecución de obras de infraestructura vial, de servicios públicos, así como el desarrollo de actividades o proyectos en su interior, sean estos de naturaleza pública, privada o público-privada, que sean aprobados por la autoridad competente en el marco de sus atribuciones...”.
Concesiones y petitorios mineros
Hace ocho meses se conoció que el Instituto Geológico Minero y Metalúrgico (Ingemmet) otorgó concesiones y admitió pedidos entre noviembre de 2018 y mayo de este año en una extensión de 13 400 hectáreas. Se estima que 6 295 se encuentran superpuestas al territorio del ACR Ausangate. Incluso dos están situadas en inmediaciones del nevado Quelccaya.