Salud mental de los policías en debate tras casos de violencia de género
¿Qué está pasando en la PNP? Agentes involucrados en feminicidios, violaciones y agresiones físicas con armas de fuego no son hechos aislados para la psicóloga Alexandra Hernández, quien revela las malas prácticas en las evaluaciones psicológicas de ingreso.
Angi Cañote Laynes, de 18 años, fue asesinada de un disparo en agosto de 2015. Tres años después, un juzgado de Pisco halló responsabilidad en el suboficial de segunda de la Policía Nacional del Perú (PNP) Feliciano Serna Zamalloa (23), sentenciándolo a 15 años de cárcel.
En julio de este año, el exsuboficial PNP Juan Martín Rosario Félix Poicón disparó contra su exconviviente, Cynthia Oblitas, quitándole la vida por negarse reiteradamente a retomar la relación que tuvieron.
El pasado 2 de noviembre nuevamente agentes policiales se vieron involucrados en un caso de violencia de género. Los suboficiales Anthony Moreno Gutiérrez, Ángel Solano Retuerto y Jonathan Ayala Jaramillo son acusados de violar de forma grupal a una joven en Paramonga. Hoy cumplen 9 meses de prisión preventiva.
Estos son algunos de los casos de violencia perpetrada por agentes policiales, personas que supuestamente fueron seleccionadas y formadas para velar por la seguridad de la ciudadanía.
¿Son estos casos hechos aislados o son la consecuencia de un sistema con serias falencias, falta de rigor y corrupción? Para la psicóloga clínica e investigadora Alexandra Hernández Muro, la salud mental del personal policial es un aspecto al que no se le está dando la importancia necesaria.
Un mero trámite
“Había jóvenes que claramente demostraban que no estaban aptos para el rol. En esos cinco minutos que apenas duraban las entrevistas, recuerdo a chicos que no se podían desenvolver, se quedaban en silencio y sin embargo resultaban aprobados. Por eso no es extraño que ahora tengamos estos casos de agentes agresores”, sostiene Alexandra Hernández, quien narra su experiencia vivida entre abril del 2011 y julio del 2012 cuando en su última etapa de estudiante de Psicología le tocó desarrollar su residentado en el Hospital de la Policía Nacional.
Hoy, con mayor experiencia, adquirida no solo desarrollando su profesión y realizando investigación social, dirige la asociación ‘Más igualdad’ que defiende los derechos de la comunidad LGTBI.
Ella recuerda que, durante su paso por la División de Reconocimiento Médico, evaluó a aspirantes a policías con pruebas psicotécnicas obsoletas, donde las evaluaciones psicológicas no eran nada rigurosas.
“Era frustrante evidenciar esa situación porque se trataba de personas que estarían dentro de poco en contacto con armas de fuego, ¿te imaginas la peligrosidad?”, comenta.
También desarrolló funciones en el consultorio psicológico del hospital a donde acuden los policías en ejercicio y sus familiares. “Fue terrible comprobar casos de parejas e hijos viviendo reales dramas de violencia”, añade la neuropsicóloga.
Apenas cuatro días después de la violación grupal en Paramonga, el suboficial Rolando Rivero Lázaro desató una balacera en Ancón y disparó contra tres jóvenes que se negaron a beber licor con él. Hirió a dos de ellas y por este hecho cumple 9 meses de prisión preventiva.
Tras este caso y el de Paramonga, en las redes sociales el hashtag #LaPoliciaNoMeCuida se hizo masivo. Y no era una expresión exagerada.
La psicóloga Hernández duda que hoy en día las irregularidades hayan sido corregidas al interior de la PNP como corresponde, más aún porque tiene información de personal médico en regiones que hoy en día recibe presiones de oficiales que les piden calificar a ciertos postulantes sin pasar las evaluaciones.
Reestructuración urgente
“Tenemos 26 escuelas de formación a nivel nacional y esto es un absurdo. Con seis o siete escuelas que tengan a su vez un equipo profesional integral, tanto en capacidades como en salud mental, sería suficiente. Es la única manera de monitorear todo lo que pasa en estos centros”, señala Ricardo Valdés, exviceministro de Seguridad Pública del Ministerio del Interior.
Sugiere que retorne la formación mixta en las escuelas, pues los futuros policías deben aprender a convivir con sus pares mujeres. Además, sostiene que el seguimiento psicológico debe estar presente durante toda la etapa formativa del policía e incluso esto debe ser clave para lograr ascensos.
Clave
Petición. La República solicitó a la Policía un vocero que pueda exponer la postura de la institución. A través de un email, el área de Prensa respondió que estaban trabajando un informe, y que se manifestarían al término del mismo.