Si bien los integrantes de los partidos se esfuerzan por denominar a sus alianzas como programáticas, históricas, principistas etc., lo cierto es que todas están estructuradas sobre la base de necesidades, sea de votos, dinero o, como la gran mayoría, para no perder la inscripción, al no poder superar el 5% de votos por sí solas. Así, el PPC estuvo conversando con PPK y APP, con quienes junto al partido Restauración Nacional participó en alianza, el 2011. Lo hizo finalmente con el APRA que le ofrece mejores condiciones, por lo que no se hace –salvo algunos dirigentes- problemas que también conforme la alianza, Vamos Perú, organización encabezada por el cuestionado alcalde chalaco Juan Sotomayor. El APRA inicialmente no tenía pensado establecer alianzas, si no invitar individualmente a ciertos políticos. Las encuestas le han obligado a buscarlas. Lo hace con el PPC, a cuya lideresa, Lourdes Flores, Alan García acuñó la pegajosa y efectista frase “la candidata de los ricos”, al que señala de tener una relación histórica y de ser parte de los pocos partidos institucionalizados y anclados ideológicamente. Si bien eso puede ser cierto, el que no cumple en ningún caso esos pergaminos, es Vamos Perú, pero se trata de votos y no de principios. Alianza para el Progreso establece alianza con el Partido Humanista y Somos Perú (que le ha costado la renuncia del alcalde de Miraflores, Jorge Muñoz), pero además incorpora a personas provenientes de corrientes políticas muy disímiles como Vladimir Paz de la Barra, Isaac Mekler, Edwin Donayre, César Villanueva o Anel Townsend. Su hasta ahora crecimiento en las encuestas lo hace atractivo para organizaciones regionales de variado tipo, con lo que APP no se hace problema. Solidaridad Nacional (SN) establece una alianza electoral con Unión por el Perú (UPP) partido que ha sido vientre de alquiler desde hace dos décadas de variados candidatos, lo que le ha permitido permanecer con una inscripción vigente, de lo contario solo sería parte de la estadística histórica. De la misma manera, SN pudo estar en cualquier otra alianza, lo que seguro no sería ni sorpresa ni escándalo. Fuerza Popular y PPK, estimulados por tener importante intención de votos, no han querido establecer alianzas con ningún partido nacional, aun cuando sí acuerdos con organizaciones regionales, así como personas que provienen de diversas corrientes políticas. Los otros partidos, Perú Posible, PNP y Acción Popular, Orden, Todo por el Perú, Siempre Unidos, Frenatraca, Perú Patria Segura, Frente Amplio, Democracia Directa y Partido Humanista, salvo acuerdo de última hora, al no poder establecer alianzas, irán solos, con el alto riesgo de desaparecer. De otro lado, los partidos nacionales han reconocido su debilidad al privilegiar o simplemente necesitar alianzas con las organizaciones regionales. Si bien estas no serán formales, pues la legislación no lo permite, lo cierto es que líderes regionales y locales, ingresarán a las listas parlamentarias, a cambio de apoyo en las provincias. Finalmente, falta la incorporación de congresistas en las listas parlamentarias. No solo aquellos que renunciaron a tiempo de sus respectivos partidos, como Marisol Espinoza, sino el grupo que no está inscrito en ninguno, como son los casos de María Luisa Cuculiza, Martha Chávez o Lourdes Alcorta, por solo citar algunas, que están habilitadas para postular a cualquier partido. Es probable que nos encaminemos a un gobierno de minoría, con un parlamento fraccionado y con bancadas con poca cohesión. Por lo que hablar de traiciones, vientres de alquiler, transfuguismo, de boca de algunos, puede terminar siendo un búmeran. El pragmatismo es el signo de los tiempos. Los principios y programas pueden ofrecerse, pero si no gustan, a lo Groucho Marx, también pueden ofrecer otros.