Entrevista/Luis Gonzales Posada. El congresista aprista sostiene que solo con el diálogo se podrá llegar a la verdad y se podrán cerrar las heridas que han dejado los 20 años de la violencia política. María Elena Castillo. Usted propone una mesa de diálogo entre los organismos defensores de los derechos humanos y el Poder Ejecutivo, pero el ministro de Defensa los cuestiona permanentemente… El video de jóvenes universitarios con banderas rojas reclamando la libertad de Abimael Guzmán y lanzando eslogans prosenderistas significa que no hemos tenido capacidad de construir una cultura de paz. Por eso estos jóvenes no están informados ni saben que el terrorismo causó miles de muertes y destrucción. Hay que buscar una línea de entendimiento entre todos los peruanos para hacer frente democráticamente a la subversión. No son buenos los disparos, a veces del ministro de Defensa a los organismos de derechos humanos, y a veces de parte de ellos al ministro. Los organismos de derechos humanos critican la negativa a entregar información para la investigación de las denuncias… Hay discrepancias en el tema de los militares, y muchos son injustamente procesados. A veces un fiscal o juez toma la lista completa de un cuartel y mete a 80 personas que no tienen nada que ver. Ellos ven frustradas sus carreras, embargados sus bienes, recortada su libertad. Esto no se resuelve con quejas sino contratando abogados para defender a los injustamente procesados. No para defender a los que asesinaron abusando de su situación de poder, como el grupo Colina. Hay una norma que permite la contratación de abogados,… Es deber del Estado brindar ese servicio gratis porque ellos fueron a combatir por orden suya. Si hay condena, evidentemente deben devolver el dinero, pues significa que no han actuado correctamente. ¿Y los familiares de las víctimas que no tienen defensa legal? Todo ciudadano que ha sido afectado por la violencia debe tener protección. Por eso es importante el diálogo. Su planteamiento le va a traer muchas críticas… Por proponer la instalación de una mesa de diálogo con los organismos defensores de los derechos humanos un blog me ha llamado caviar. Eso muestra a qué niveles han llevado las posiciones extremas, que son las que fracturan la sociedad peruana. ¿No sería mejor que el Ministerio de Defensa entregue la información a jueces y fiscales? Todos están obligados a dar información, salvo en temas que son secretos de Estado. Pero el ex ministro de Defensa Ántero Flores me dijo que no hay algunos archivos. Han dicho que no hay información sobre la base de Putis, donde asesinaron a decenas de campesinos. Al menos podrían hacer algo para identificar a los responsables, ¿no cree? No he sido ministro de Defensa y no sé lo que hay. Estos temas se deben tratar en la mesa de diálogo y se debe hacer el mayor esfuerzo por acercarnos a la verdad, porque por unos casos que involucran a algunas personas, se afecta a todos. Se teme que se aprovechen las facultades que el Congreso ha delegado al Ejecutivo para amnistiar a los violadores de derechos humanos. ¿Respaldaría eso? No, y tampoco las Fuerzas Armadas, pues sería reconocer que ellos violaron derechos humanos y piden borrón y cuenta nueva. Se quiere procesos rápidos, con garantía y asistencia legal. ¿Con qué derecho se tortura a un soldado y a sus familiares, que viven angustiados porque los llevan presos sin tener conexión con lo que les imputan? ¿Y el dolor de los familiares de muertos y desaparecidos por los militares? Ese dolor se manifiesta en indignación y protesta, y se preguntarán por qué no se sanciona a quienes actuaron fuera de la ley. Hay que hacer justicia, pero sin usar esos casos para afectar a las instituciones. “El Lugar de la Memoria debe ser un museo vivo” Usted plantea que haya víctimas militares y civiles en el Lugar de la Memoria… Yo propuse que todo el personal que trabaje allí, administrativo, de limpieza o servicios, sean militares o policías discapacitados o civiles que hayan sido afectados por la violencia. Así sería un museo vivo. ¿Cómo así? Que un efectivo que se quedó sin brazos o piernas por combatir la subversión le dé su boleto, o lo guíe una campesina que fue maltratada por la violencia. Sería un museo en el que los que sufrieron por la violencia encuentren un espacio para construir la paz. ¿Afectados de los dos lados, de la subversión y los militares? Sí. Cada uno tiene una historia que contar. Sería el primer museo vivo del mundo, donde las víctimas de violencia tienen un punto de encuentro y reconciliación.