Señor Director: Quiero manifestar mi desacuerdo con la versión dada por el padre Luis Cordero sobre la sanción recaída sobre el padre Martín Sánchez, del Hogar de Cristo. 1) Dijo el padre Cordero que Martín, que ha sido su alumno, debería saber que un sacerdote no puede recibir o administrar más de 50,000 soles. A esto hay que decir que el dinero no lo ha recibido el padre Martín sino el Hogar de Cristo, ni lo ha administrado el Padre Martín, sino el directorio de dicha institución; 2) Dice el padre Cordero que el padre Martín, sancionado por el arzobispado de Lima, puede ejercer su sacerdocio en otra diócesis. Es decir que lo que en Lima era una "inconducta" que merecía castigo y suspensión, no lo sería en una diócesis fuera de la competencia del señor Cipriani. Franz Wieser Ortler fwieser@terra.com.pe No hay razones que puedan justificar lo que no es sino una campaña de mentiras provenientes del arzobispado para dañar moralmente al padre Martín y apartarlo del Hogar de Cristo, sin detenerse en el perjuicio que también se causa a una institución que vela por 25,000 pobres. Señor Director: Quiero manifestar mi desacuerdo con la versión dada por el padre Luis Cordero sobre la sanción recaída sobre el padre Martín Sánchez, del Hogar de Cristo. 1) Dijo el padre Cordero que Martín, que ha sido su alumno, debería saber que un sacerdote no puede recibir o administrar más de 50,000 soles. A esto hay que decir que el dinero no lo ha recibido el padre Martín sino el Hogar de Cristo, ni lo ha administrado el Padre Martín, sino el directorio de dicha institución; 2) Dice el padre Cordero que el padre Martín, sancionado por el arzobispado de Lima, puede ejercer su sacerdocio en otra diócesis. Es decir que lo que en Lima era una "inconducta" que merecía castigo y suspensión, no lo sería en una diócesis fuera de la competencia del señor Cipriani. Franz Wieser Ortler fwieser@terra.com.pe No hay razones que puedan justificar lo que no es sino una campaña de mentiras provenientes del arzobispado para dañar moralmente al padre Martín y apartarlo del Hogar de Cristo, sin detenerse en el perjuicio que también se causa a una institución que vela por 25,000 pobres.