Política

Alejandro Salas: “Investigan a Dina Boluarte por genocidio, ¿quién pide su vacancia ahora?"

Exministro de Pedro Castillo dijo —en entrevista con La República— que desconoce a la Dina Boluarte que ejerce actualmente la presidencia de la República. Aseguró que ella estaría tomando “decisiones propias de la época de los noventa”. Sostiene que la única salida a la crisis es su renuncia al cargo.

Alejandro Salas fue ministro de Cultura y de Trabajo durante la era Castillo Terrones.
Foto: MTPE

Fue ministro de Trabajo y Cultura durante la época de Pedro Castillo en Palacio de Gobierno, pero renunció tras el fallido intento de golpe de Estado del infame miércoles 7 de diciembre de 2022. A meses de distancia de aquel evento, Alejandro Salas —alejado del poder que alguna vez ostentó— analiza la situación de su excompañera de gabinete, hoy convertida en presidenta de la República. Señala que, con sus errores, el gobierno de Castillo Terrones siempre respetó la vida, algo que no puede decir de la gestión de Dina Boluarte. Considera que ella ha llegado a un punto de no retorno y que solo le queda presentar su renuncia como válvula de escape a la ola de violencia y caos que vive el país.

Usted compartió gabinete con Dina Boluarte cuando fue ministro de Pedro Castillo, ¿cómo la percibía en aquel momento? ¿Era la misma Dina Boluarte que hoy vemos en televisión defendiendo su gestión y asegurando que no renunciará pese a los más de 50 fallecidos?

No solo la conocía en los 11 meses que estuve yo como ministro de Estado, sino que se sentaba a mi costado en los Consejos de Ministros y conversábamos mucho, era mi vecina de asiento. Yo conocí a una Dina muy humana, una Dina que, cuando nosotros teníamos que declarar estado de emergencia en Las Bambas, ella solía pedir intervención para reclamar que se respete la vida de las personas y que ni una sola bala lastime a ningún ciudadano. Yo no sé qué ha pasado con ella, no es la Dina que he conocido, yo conocí a otra Dina Boluarte.

Usted ha estado en el Ejecutivo. Decisiones como la represión policial, el ingreso con tanques y 300 efectivos de la Policía Nacional a San Marcos, la detención de cerca de 200 personas, entre ellos algunos de edad avanzada, una mujer embarazada y una niña, ¿qué le parecen esas medidas adoptadas por el Gobierno?

No se está midiendo, yo creo que hay otras formas, esas formas ya pasaron sus épocas, viviendo una época en los setenta, seguramente ochenta, y retornaron seguramente en los noventa. Hoy, la democracia nos ha enseñado a buscar el diálogo, así sea tensa la propuesta que se tiene al frente, el diálogo siempre es necesario. Esas decisiones que se toman son, por supuesto, colegiadas. El Consejo de Ministros es un órgano deliberante y cuando se declara una emergencia se está tomando una decisión para que las Fuerzas Armadas y la Policía salgan a poner orden y control en la ciudad, pero eso no significa reprimir, quitándole la vida a las personas. Esos son conceptos que han evolucionado en el tiempo.

Dentro de todos los errores que pudimos cometer (cuando formó parte del Ejecutivo), siempre fuimos muy respetuosos de los derechos humanos.

El ministro del Interior, Vicente Romero, dijo que se enteró por televisión sobre el ingreso de 300 policías a San Marcos, ¿eso es aceptable?

No, en ese tipo de acciones gubernamentales, que son decisiones de Estado, hay dos tipos de acciones. Una es acción directa, que es de quien lo ejecuta, y una acción que viene de cadena de mando, que es quien ordena. Si esas declaraciones que se están dando tienen asidero, estaríamos hablando de una Policía que está realizando acciones sin rendirle cuenta al ministro del Interior, que es el responsable político. Si está ocurriendo lo que dijo, es preocupante. Hay que tener muchísimo cuidado, porque quien cae en responsabilidad política, también puede caer en responsabilidad penal.

¿Cuál es la salida a la crisis que vivimos? Con masivas movilizaciones, una preocupante cifra de fallecidos, ¿encuentra usted una salida que no pase por la renuncia de Dina Boluarte?

Complicada una salida que no implique su renuncia, dada ya la situación. Si estuviésemos hablando en el momento que ella juramenta y dice que se queda en el cargo hasta el 2026, si los congresistas no se hubiesen tomado esa foto levantando las manos, sonriendo y mofándose (tras la vacancia de Pedro Castillo), seguramente podríamos haber encontrado una salida tal vez distinta a lo que es su renuncia. Hoy hablamos de fallecidos y el tema es crítico a nivel nacional e internacional. Ya se hizo, ya se accionó, ya hay muertos y ahí el problema.

Algunos señalan que el Gobierno de Boluarte vive una transición hacia el autoritarismo, desde la calle se denuncia una dictadura. A su entender, ¿frente a qué estamos?

Estamos ante un Gobierno que, si bien se ha manifestado como un Gobierno transitorio, estamos ante un Gobierno que en su transición no ha actuado democráticamente. La democracia involucra ante todo aspecto el diálogo y no se puede buscar el diálogo después de que mataste y se dice que si sigues protestando te vamos a seguir disparando.

A usted se le adjudicó la imagen de escudero de Pedro Castillo, ya fuera del Gobierno, con meses de distancia e, imagino, con tiempo para la reflexión, ¿qué le dejan esos meses en gobierno? ¿Se arrepiente de algo?

No, para mí ha sido un honor servir, yo he sido un ministro en democracia. En el primer momento, cuando se rompe la democracia, por supuesto que yo tengo que ser leal con mi país, independientemente al presidente que yo tuviese en frente y con el que había una confianza mutua. Eso tiene que quedar absolutamente claro. Es él quien rompe las reglas, es él quien rompe la confianza al leer un discurso que nunca debió leerlo. Yo no defiendo personas, yo defendía la institucionalidad democrática de una figura presidencial y que se respeten los tiempos democráticos. Siempre salí a decir que por investigaciones preliminares no se puede estar pidiendo la vacancia de un presidente. Hoy le abren una carpeta fiscal a Dina Boluarte por genocidio, ¿quién está pidiendo la vacancia?

La figura de Pedro Castillo se ha ido diluyendo con el paso de las semanas, cada vez se pide menos su liberación desde las calles y toman fuerzas otras agendas. ¿Qué piensa de su situación legal actual? ¿Está en el lugar que le corresponde?

La situación legal que él tiene, en virtud a las diferentes carpetas fiscales que alberga como ciudadano, es compleja y sigue en investigación. Él cometió un hecho que yo califiqué y se lo dije directamente a él. Puede haber diversos criterios jurídicos, pero cuando se amenaza la institucionalidad del país, ahí, bajo mi punto de vista, se irrumpió el sistema democrático y de las instituciones, que es algo que en democracia no debe pasar.

Exministros como Roberto Sánchez y Kelly Portalatino lo visitaron en sus horas más complicadas, ¿usted nunca pensó en ir a verlo?

No, porque yo he sido citado por la Fiscalía como testigo y yo soy respetuoso del orden constitucional y legal. Yo sé que un testigo no puede tener contacto con un investigado y esa es la razón por lo que no me he acercado a visitarlo. Ya, como ser humano, por supuesto que a mí me gustaría verlo, llevarle algún abrigo, alguna comida, ha sido amigo y cometió un error.

Finalmente, ¿le cerró las puertas a la política tras esta experiencia? Su alejamiento de Somos Perú fue público y algo sonoro.

Yo me alejé de Somos Perú porque justamente ese día estaban cuestionando a Wilmar Elera, quien había declarado de manera detestable que a una señorita la habían violentando sexualmente en el Congreso porque la oficina estaba llena de hombres. Yo tuve conocimiento por gente del partido de que él, para aplacar la noticia, fue a pedir mi renuncia porque eso iba a sonar más que lo que había pasado con él. Ahora, miren dónde está él. Yo no le voy a cerrar las puertas a la política, tengo 45 años, voy a seguir preparándome y la política nunca va a estar cerrada.