Política

Ugaz: “En el Perú se utiliza al Poder Judicial y la Fiscalía como un látigo para callar a los periodistas”

Juzgado declaró la prescripción de la querella interpuesta en contra de la periodista Paola Ugaz, sin embargo, aún están abiertos otros casos en su contra basándose en, señala, hechos falsos.

La periodista Paola Ugaz nos comenta sobre la prescripción y archivo de la demanda que había interpuesto en su contra el empresario Carlos Gómez de la Torre por presunta difamación agraviada, y sobre la constante lucha que es para un periodista de investigación subsistir a pesar de los ataques a la libertad de prensa que se han dado en los últimos años en el Perú. “Mi única respuesta va a ser más y mejor periodismo”, reitera.

Ha prescrito la demanda en tu contra por difamación agravada. ¿Cuáles son tus impresiones?

Realmente es un alivio porque todas las demandas que me han hecho no tienen pies ni cabeza, pero esta era peor porque el demandante lo hacía por ser productora del documental “El Escándalo del Sodalicio”, a pesar de que no lo era. A la única que demandó al comienzo es a mí y me exigía que yo pida que saquen el documental de YouTube. Es un pedido absurdo, pero fue acogido por juez, me abrieron en un proceso, me dieron la razón y luego el demandante apeló.

Recién ahora lo han cerrado porque ha pasado el tiempo, pero nosotros hemos pedido en todo momento presentar las pruebas y nunca nos dejaron. Nosotros hemos presentado una atingencia diciendo que yo quería que quede todo eso aclarado. Es una muestra más que en el Perú se utiliza al Poder Judicial y la Fiscalía como un látigo para callar a los periodistas. Nos piden a los periodistas publicar, pero con tanta presión judicial no podemos hacer una cosa ni la otra. Pero es un respiro, es una buena noticia.

¿Carlos Gómez De La Torre te ha interpuesto otra denuncia?

Sí, me ha interpuesto otra en Piura que sigue abierta por falso testimonio porque declaré en el juicio de Pedro Salinas cuando lo demandó el arzobispo Eguren. Lo increíble es que yo no vivo en Piura y hoy tengo dos procesos ahí: el del José Antonio Eguren y del demandante (Gómez de la Torre).

¿Hay otros casos similares que están pronto de prescribir?

Me han pasado tantas cosas raras que se vuelven a abrir como hongos los juicios contra mí. No sé qué va a pasar. Desde el 2018 han pasado cosas tan raras como procesos inventados, como es el caso de lavado de activos. Me investigan como si fuera una funcionaria pública de alto rango, que no he sido nunca. Es un desangramiento emocional grande porque tengo que dedicar todo mi tiempo a responder a hechos falsos.

Lastimosamente, los periodistas en el Perú estamos inermes ante los organismos poderosos como el Sodalicio o políticos peligrosos enojados contra los periodistas que revelan lo que hacen. Mi única respuesta va a ser más y mejor periodismo.

¿Cuántos casos aún están abiertos en tu contra?

Gané el juicio por difamación que me hizo el director de La Abeja, Luciano Revoredo, él lo ha apelado, ese caso está abierto. Tengo el caso de Gómez de la Torre en Piura por falso testimonio, el caso de corrupción de funcionario y lavado de activos en la Fiscalía que dirige José Domingo Pérez, en que estoy falsamente sindicada por una denuncia que hizo el diario Expreso.

Estos casos comenzaron justamente luego de la revelación del Sodalicio...

Nuestro primer juicio fue del arzobispo José Antonio Eguren, del Sodalicio. Lo hizo en el 2018 cuando el vaticano hace el primer congreso contra la pederastia clerical, entonces era contradictorio con la política del Vaticano que un arzobispo nombrado esté demandado a periodistas que habían revelado pederastia clerical. Dada esta contradicción, el equipo del Papa Francisco se comunica con Eguren, la misma conferencia episcopal de Perú le pide explicaciones también y se solidarizan con nosotros. Eso hace que Eguren desista de su caso contra mí y Pedro Salinas, pero eso no detuvo al Sodalicio porque a partir de ahí se puso en las sombras a demandarnos.

Ahí empezó a crear historias contra nosotros sobre todo de este ecosistema de desinformación como La Razón, Expreso, Willax, Político.pe, y todas esas historias la publicaban y en paralelo las envían a la Fiscalía y esas historias han sido abiertas. En mi caso, por lavado de activos.

Estoy a punto de publicar un resultado de una investigación, pero cuatro años después es complicadísimo seguir con una cobertura sin ningún medio detrás que esté acompañándonos a mí y a Pedro con una historia complicadísima, que es mucho más grave de lo que pensábamos y todavía no se ha dicho todo lo que se sabe.

¿Con este accionar qué mensaje se están dando?

Están dando un mensaje a los periodistas jóvenes que, si investigan a políticos de los organismos poderosos o mafias, van a ser demandados. Entonces dicen que mejor que se dediquen a investigar temas que no sean “polémicos”. Por eso nosotros tenemos que seguir publicando y hacer que el miedo no sea tu editor, como dice Gustavo Gorriti.

¿Las amenazas de muerte han continuado?

No se han vuelto a dar las amenazas de muerte. Fuimos a denunciar a la Dirincri, a la Dircote. Pero desgraciadamente la Fiscalía no investigó y cerraron el caso. Cuando son casos en los cuales los periodistas denuncian amenazas, hostigamiento o seguimiento, la Fiscalía mira al techo. Pero cuando son denuncias que no tienen ni pies ni cabeza contra nosotros, ahí sí abren investigación. Es el mundo al revés.

Y hay una carga extra de ser periodista y mujer. Porque se meten con tu cuerpo, tu inteligencia.

¿Qué tan peligroso es este escenario para la libertad de prensa?

Es más sofisticado porque cuando a alguien le demandan por el delito de difamación, todos los colegas se solidarizan con el caso. Pero si te demandan o investigan por lavado de activos, la solidaridad ya no se da porque la gente dice ‘algo de verdad habrá’.

Es penoso que ahora las mafias, los poderosos, estén utilizando otros casos para callar periodistas; y eso es grave porque lo que hace es que el Poder Judicial, la Fiscalía, no se den cuenta de que al final no saben lo que vale el periodismo en un país con instituciones tan precarias, y deberían discernir con mayor fineza las denuncias que tiene en su contra.